"La selección de un 'US Deorbit Vehicle' para la Estación Espacial Internacional ayudará a la NASA y a sus socios internacionales a garantizar una transición segura y responsable en la órbita terrestre baja al final de las operaciones de la Estación", dijo en un comunicado Ken Bowersox, funcionario de la agencia espacial estadounidense.
La NASA planea hacerse con la propiedad de la nave espacial después de que SpaceX la construya, y controlar las operaciones durante toda la misión.
Con un peso de 430,000 kilogramos, la EEI es, con diferencia, la mayor estructura individual jamás construida en el espacio.
Basándose en observaciones anteriores sobre cómo se desintegraron otras estaciones como Mir y Skylab en la reentrada atmosférica, los ingenieros de la NASA esperan que el puesto orbital se descomponga en tres etapas.
Gran parte del material se vaporizará, pero se espera que sobrevivan grandes trozos. Por esta razón, la NASA apunta a una zona del océano Pacífico llamada Point Nemo, una de las zonas más remotas del mundo y conocida como el "cementerio" de satélites y naves espaciales.
El primer segmento de la EEI se lanzó en 1998 y ha estado habitado ininterrumpidamente por una tripulación internacional desde 2001.
Estados Unidos, Japón, Canadá y los países participantes de la Agencia Espacial Europea (ESA) se han comprometido a operar el laboratorio de microgravedad hasta 2030, aunque Rusia, el quinto socio, sólo se ha comprometido hasta 2028.
Varias empresas están trabajando en sucesores comerciales de la EEI, entre las que destacan Axiom Space y Blue Origin, del multimillonario Jeff Bezos.