El streaming es un ‘lujo’ para las zonas rurales

La mayor parte del catálogo de entretenimiento ha sido migrado a las plataformas de streaming, cuya industria ha proliferado de tal forma que existe una vasta variedad de jugadores. Pero esto ha implicado un reto para los consumidores en términos económicos.

Contratar una suscripción de streaming de video es complicado si se toma en cuenta que en México tres de cada diez personas aún cuentan con un televisor análogo, según la ENDUTIH. Y aún más en un entorno en donde adquirir un teléfono para mirar la programación del streaming es casi un desafío.

Por ejemplo, los habitantes de menores ingresos de entidades como Chiapas deben invertir hasta 72% de su ingreso mensual para adquirir un smartphone, que corresponda a la gama más económica; de manera similar, los usuarios de Oaxaca desembolsan 58% de sus gastos, según el Índice de Desarrollo Digital Estatal realizado por el Centro México Digital.

En contraste, un habitante de la Ciudad de México gasta 28% de su ingreso mensual para comprar un teléfono inteligente. Además se debe contemplar el pago del servicio del internet en donde en algunas comunidades aún no está habilitado o se mantiene como un producto de poco acceso.

Esta situación ha llevado a reportar a la propia ENDUTIH que en el ámbito rural hay una enorme brecha para acceder a los contenidos de entretenimiento. Según la Encuesta correspondiente a 2023, sólo 800,000 personas cuentan con un servicio de este tipo de plataformas, mientras que en el ámbito urbano se contabilizaron a 10.9 millones.

“Los usuarios pueden verse limitados para acceder a los contenidos. Este tipo de situación empezó con la llegada de la televisión de paga, que poco a poco quitó la posibilidad a mucha gente de acceder al entretenimiento e incluso a los deportes. El streaming se está volviendo casi un lujo. No todos pueden pagarlo”, aseguró a Expansión anteriormente Claudia Benassini, especialista en temas de televisión restringida y plataformas de digitales e investigadora de la Universidad La Salle.

Las nuevas políticas del streaming podrían ser una nueva barrera para que los mexicanos de zonas rurales miren sus contenidos. Las plataformas han puesto freno a la compartición de contraseñas fuera de un hogar. Esta práctica era una de las más recurridas por los consumidores para acceder a más plataformas y con eso ahorrar en gastos, pero ahora si se comparte una contraseña se debe pagar un extra.

La llegada del streaming ha cambiado por completo la cotidianidad que incluso ya forma parte de la canasta básica debido a que ya incide en la inflación, según el Inegi. Debido a esto, el Instituto ha decido incorporar este producto para ver cómo ha incidido en la forma en cómo distribuyen sus gastos mensuales.