El cambio de televisores en México se anticipa al tiempo de vida útil de estos equipos. Si bien esta medida puede variar dependiendo de muchos factores, como el tipo de tecnología que utiliza (LED, OLED o QLED), en promedio durará entre siete y 10 años, de acuerdo con la Custom Electronic Design and Installation Association (Cedia).
En 2023, el Inegi estimó que 34.9 millones de hogares contaba, al menos, con un televisor, lo que representó al 90.4% del total de hogares en el país.
La afición por las pantallas queda a la vista en temporadas como el Buen Fin, cuando año con año se posicionan como uno de los artículos más vendidos.
Joaquín Hidalgo contó a Expansión que compra pantallas de TV con más frecuencia. Si bien durante su infancia su familia esperaba que sus dispositivos dejaran de funcionar para reemplazarlos, cuando se independizó este panorama cambió.
“Mi primera pantalla me duró cuatro años, la siguiente tres y ahora tengo una con la que llevo un año, pero ya la quiero cambiar”, refirió.
Hidalgo señaló que su deseo de cambiar de dispositivos con más frecuencia es con objetivo de obtener una mejor calidad de imagen en los contenidos que consume.
“Mi última televisión, con la que llevo un año, la compré para sacarle provecho a mi Apple TV 4K. Pero ahora la quiero cambiar para mejorar la frecuencia de actualización para jugar videojuegos”, relató.
Los mexicanos no solo compran más, sino que prefieren formatos más amplios. De acuerdo con Ennis, el usuario nacional prefiere las pantallas de proyección de gran tamaño, partiendo de las 65 pulgadas en adelante. Y hacen este tipo de compras por estatus social.
Este panorama convierte atractivo a México. Algunas de las que fabrican sus televisores en el país son TCL, Hisense y Samsung. Perspectivas de Statista señalan que para 2029 se espera que el volumen del mercado de televisores alcance los 8.1 millones de unidades en el país.