Arabia Saudita: la visión del futuro para Oriente Medio
De acuerdo con el proyecto Visión 2030, liderado por el príncipe heredero Mohammed bin Salman, Arabia Saudita diversificará su economía y se consolidará en un líder de innovación tecnológica a partir de una serie de inversiones multimillonarias en infraestructura para atraer a las compañías punteras.
Estados Unidos, por su parte, ve en Arabia Saudita un aliado clave, apunta Soliman, pues le puede ayudar a proteger sus intereses en la región en medio de la competencia global, al tiempo que esta nación estrecha sus relaciones con las grandes tecnológicas.
En marzo de este año, la ciudad de Abu Dabi llegó a un acuerdo con Microsoft para implementar servicios de IA en todas sus operaciones, pues buscan convertirse en el primer gobierno completamente basado en IA a partir de 2027.
Otro ejemplo de esta relación es la inversión de 1,500 millones de dólares de Microsoft en la empresa saudí G42, así como la fundación, la semana pasada, de HUMAIN, una plataforma árabe encargada de desarrollar modelos de IA en el idioma local, además de construir infraestructura de última generación.
De acuerdo con el anuncio, que se dio en el marco de la visita de Trump a Arabia Saudita, este proyecto tendrá la colaboración de empresas como Nvidia, Qualcomm y AMD, entre otras, además de que en ese contexto también se anunció el compromiso del reino árabe de invertir alrededor de 600,000 millones de dólares en Estados Unidos.
Ayer, OpenAI, Oracle, Nvidia y Cisco anunciaron la construcción de un campus de IA en Emiratos Árabes Unidos enfocado en el proyecto Stargate, con el objetivo de “fortalecer la infraestructura de EU al tiempo que ayuda a los aliados a obtener acceso a una IA transformadora de forma responsable y segura”.
Los semiconductores son claves en la relación del mundo árabe y EU
Otra de las industrias fundamentales en esta relación será la de los semiconductores. Al tiempo que EU busca no depender de China, está buscando nuevos aliados para diversificar la cadena de suministro y el mundo árabe surgió como una opción.
Soliman detalla que hasta antes de estos esfuerzos, Arabia Saudita era un país complejo para los chips, pues está categorizada como una nación de Nivel 2, es decir, su acceso a semiconductores de vanguardia está restringido mediante límites a los chips y licencias caso por caso.
La filosofía que sustenta la norma de difusión de la IA es el tratamiento de la computación como un bien estratégico, uno que Estados Unidos debería controlar determinando quién tiene acceso a él y en qué cantidades”, detalla el especialista y agrega que en este sentido, la computación “ya no es un mero recurso técnico, sino que se convirtió en una palanca central del poder geopolítico”.
Es por ello que el gobierno saudí hace inversiones para el desarrollo de sus capacidades en la industria de chips, como el lanzamiento del Centro Nacional de Semiconductores, que es una iniciativa estratégica respaldada por un fondo de capital de riesgo de 266 millones de dólares.
La meta del príncipe es que la inversión atraiga a, por lo menos, 50 empresas de diseño de semiconductores al Reino para 2030. En el evento de presentación, el año pasado, el doctor Mohammed AlOtaibi, director interino de la Autoridad Saudí de Investigación, Desarrollo e Innovación (RDIA), fue claro en sus intenciones como país: “Se proyecta que la industria de semiconductores alcance un billón de dólares en los próximos años, y Arabia Saudí debe contribuir a este crecimiento, tanto a nivel regional como global”.