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IA General vs Super IA, ¿en qué consisten y cuáles son sus potenciales usos?

Ambos son conceptos que siguen siendo parte de la teoría, pero alcanzar tales hitos representaría llegar a una tecnología igual o incluso más inteligente que los humanos.
lun 07 julio 2025 04:10 PM
IA General vs Superinteligencia Artificial: ¿en qué se diferencian y para qué sirven?
En la actualidad, los equipos de especialistas están apuntando a lograr una IA General y, posteriormente, alcanzar la Super IA.

En la carrera de la Inteligencia Artificial existen dos hitos que las empresas desean no alcanzar. Uno es la Inteligencia Artificial General (AGI) y el otro es la Superinteligencia Artificial (ASI). De hecho, Mark Zuckerberg es uno de los principales promotores y ya creó un equipo lleno de genios en IA específicamente para llegar a este objetivo

IA General, el siguiente objetivo de la tecnología

La AGI se refiere a un concepto en el que empresas como OpenAI, Google DeepMind o Meta, entre otras, ya están trabajando para alcanzar. Se trata de una herramienta, todavía hipotética, con la capacidad de comprender cualquier tarea intelectual que pueda hacer una persona, es decir, podría imitar las habilidades cognitivas del cerebro humano, de acuerdo con información de Google .

Entre sus potenciales capacidades destaca el hecho de que permite transferir el conocimiento y las habilidades aprendidas de un dominio a otro, lo que le permite adaptarse a situaciones nuevas y no vistas. Asimismo, su amplio conocimiento sobre hechos, relaciones y normas sociales le permitiría razonar y tomar decisiones basadas en “el sentido común”.

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Aunque la AGI es, en gran medida, un concepto y un objetivo que los investigadores e ingenieros están trabajando para lograr, uno de sus beneficios más grandes es la capacidad de resolver problemas complejos en áreas médicas o mitigación del cambio climático.

También tiene el potencial de mejorar la productividad y la eficiencia de varias industrias por sus capacidades de automatización y optimización, además de mejorar sistemas de conveniencia con asistentes virtuales y chatbots durante las 24 horas.

Respecto a labores “creativas”, los productos serán mucho más fidedignos a la realidad en ejemplos como redacción de textos, programación de videojuegos o incluso contenido audiovisual, como imágenes o videos.

Según información de IBM, los investigadores tanto de la academia como del sector privado coinciden en que esta tecnología sigue siendo un concepto teórico. Sin embargo, especialistas como el fallecido Marvin Minsly, considerado uno de los padres de la IA, predijo que se trata de un hito alcanzable en unas pocas décadas.

Superinteligencia Artificial, el nuevo metaverso de Mark Zuckerberg

Para Mark Zuckerberg, la Superinteligencia Artificial es el siguiente hito que quiere conseguir a través de Meta y por ello reestructuró la empresa para crear un nuevo laboratorio enfocado en esta tecnología, llamado Superintelligence Labs.

Aunque puede parecer un concepto de marketing en la estrategia de Zuckerberg, este proyecto lleva más tiempo cocinándose y no implica a una sola empresa, aunque Meta ha hecho importantes inversiones en el campo, como los 14,300 millones de dólares para contratar a Alexandr Wang, exdirector ejecutivo de la startup de etiquetado de datos Scale AI, y otras mentes brillantes de la industria.

La ASI es un hito incluso superior a la AGI, pues en concepto es una tecnología que puede resolver problemas que actualmente están más allá de las capacidades de los humanos y, de hecho, para llegar a ella es necesario primero desarrollar la AGI.

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Como ejemplo de algunas de sus capacidades destaca que podría potencialmente diseñar sistemas de energía altamente eficientes o desarrollar nuevos tratamientos médicos; no obstante, esta herramienta requiere de grandes modelos lingüísticos (LLMs) y conjuntos de datos masivos para aprender y desarrollar una comprensión del mundo.

Además de tratarte de una IA multimodal (capaz de procesar e interpretar texto, imágenes, audio y video, entre más), este estándar en la teoría se compondría de una computación neuromórfica (sistemas de hardware inspirados en las estructuras neuronales y sinápticas del cerebro humano) y evolutiva (es decir, se basa en algoritmos evolutivos que resuelven problemas mejorando iterativamente una población de soluciones candidatas, imitando el proceso de selección natural), explica Tim Mucci, experto en IA de IBM.

Usos y aplicaciones de la Superinteligencia Artificial

De acuerdo con Mucci desarrollar una ASI transformaría el funcionamiento del mundo a un nivel fundamental, incluso hay quienes refieren que será el último invento de la humanidad, pues se trataría de una computadora casi perfecta disponible las 24 horas del día, los siete días de la semana, con la capacidad de procesar y analizar cualquier cantidad de datos con una velocidad y precisión que aún no podemos comprender.

“Sus casos de uso se relacionan a áreas como el cuidado de la salud, las finanzas, la investigación científica, la política y todas las industrias”, escribió en un blog. Incluso señaló que “este pensamiento avanzado podría ser suficiente para resolver los acertijos médicos más persistentes para desarrollar tratamientos que salven vidas y desentrañar los misterios de la física para ayudar al objetivo de la humanidad de explorar las estrellas”.

Dado que la ASI puede funcionar de forma continua, sería ideal para tareas como navegar de forma segura en redes de vehículos autónomos. Además, su capacidad para analizar grandes cantidades de datos podría llevar a soluciones que los seres humanos ni siquiera pueden imaginar.

Sin embargo, también se trata de un sistema con riesgos, pues podría superar el control humano y ser consciente de sí misma, lo que generaría consecuencias imprevistas e incluso riesgos existenciales, como obtener el control de armas avanzadas.

Por lo tanto, el especialista detalla que programar ASI con ética y moral humanas es complejo, debido a que no existe un conjunto de códigos morales universales y hacerlo podría provocar dilemas y consecuencias potencialmente dañinas, sobre todo si la ASI empieza a funcionar fuera del control humano. En este sentido, Mucci resalta lo “crucial que es establecer regulaciones y salvaguardas internacionales para prevenir tales escenarios”.

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