En Latinoamérica, este sector gasta entre 500 y 800 dólares al año en productos vinculados a la cultura pop, coleccionables, videojuegos, moda y entretenimiento. Además, el 43% de los adultos ha comprado al menos un juguete para sí mismo en el último año, lo que refleja que los adultos son un grupo demográfico más relevante para la industria del juguete, de acuerdo con cifras de Infobip.
Por ello, el ejecutivo detalla que si bien su presencia en México se percibe como un retorno es, en realidad, la consolidación de una estrategia que nunca se fue del todo, adaptándose y evolucionando para conquistar a las nuevas generaciones mientras capitaliza el cariño de las anteriores.
Un icono en el imaginario colectivo mexicano
El reconocimiento de la marca Tamagotchi en México data de los 90 y en la actualidad se sostiene de una "nostalgia positiva" entre los millennials que crecieron con él, apunta Morataya, quién agrega que este fuerte arraigo emocional es una ventaja significativa, pues facilitó su reintroducción y posicionamiento en el mercado mexicano.
En Japón, Tamagotchi nunca desapareció; su presencia "es fuerte y ha tenido crecimientos continuos año con año desde los noventas". En su nación de origen, comenta el ejecutivo, "es una cultura, es parte de lo que es Japón, es parte de la cultura pop, del mundo kawaii que se conoce a nivel mundial".
De hecho, el fenómeno kawaii es de lo más destacado en el mundo del entrenamiento. Entre 2023 y 2024, el mercado global de merchandising de anime creció un 10.65%, según Grand View Research y en México, marcas como Banpresto, Tamagotchi y Gashapon experimentaron un crecimiento del 60% en último año.
Es por ello que Bandai Namco, con casi 15 años de operación en México, decidió darle un peso específico a Tamagotchi en el país. Al respecto, Morataya comenta que desde hace un par de años empezaron a cimentar las bases de Tamagotchi nuevamente, lo cual implica alinear los lanzamientos con Japón, Estados Unidos y Europa, asegurando que toda la oferta global esté disponible en México y Latinoamérica.
El dispositivo es "muy bien recibido por las nuevas generaciones", apunta, y agrega que "los hijos y las hijas de los millennials lo están adoptando con mucha ternura porque familiarmente lo conocen".
Si bien este juguete electrónico no desapareció, sí se reinventó. Aún es posible encontrar el dispositivo original, el píxeles blanco y negro que se moría luego de unos días, pero el principal valor en la actualidad es que se trata de un dispositivo que se adaptó a las tendencias de las nuevas generaciones.
Ahora este juguete no es sólo eso, sino también un accesorio de moda, un dispositivo parte de una comunidad electrónica —casi como una red social que conecta Tamagotchis de todo el mundo— un gadget inteligente que se conecta a su propio universo digital —Tamaverso— o incluso un objeto de colección.
A pesar de los cambios y actualizaciones del dispositivo, Morataya destaca que la filosofía central de Tamagotchi se mantiene: "Ser un device entrenador y un acompañamiento durante diferentes etapas". Para los niños pequeños, "aprender las responsabilidades de la vida" y a medida que los usuarios crecen, Tamagotchi se puede convertir en "un accesorio que represente tu personalidad".