El fenómeno no solo representa un riesgo técnico, también involucra privacidad y seguridad personal.(Especial)
Expansión Digital
Mirar la cámara del teléfono y preguntarse si alguien más está observando desde el otro lado no es una idea descabellada. Herramientas de control remoto como el spyware permiten que actores maliciosos accedan a funciones del dispositivo, incluyendo la cámara y la pantalla.
El fenómeno no solo representa un riesgo técnico, también involucra privacidad y seguridad personal. Reconocer las señales de advertencia y aplicar medidas de prevención son pasos fundamentales para mantener a salvo la información frente a estas amenazas.
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Señales de que la cámara puede estar intervenida
(Especial)
De acuerdo con la empresa de ciberseguridad ESET, el spyware es la principal vía para que un tercero acceda a la cámara o replique lo que se ve en la pantalla. Una primera señal es el comportamiento inesperado de la cámara, como que se encienda de manera autónoma o que aparezcan mensajes de que otra aplicación intenta abrirla.
Otra alerta son las fotos o videos desconocidos en la galería, que sugieren actividad no realizada por el usuario. A esto se suman el drenaje de batería y sobrecalentamiento, consecuencia del consumo excesivo de energía por procesos ocultos propios del spyware.
El consumo inusual de datos también puede revelar que el dispositivo está enviando archivos grabados hacia el exterior. Además, este tipo de software consume recursos del sistema, lo que se traduce en problemas de rendimiento, como cierres repentinos de aplicaciones o bloqueos generales.
Finalmente, la aparición de aplicaciones nuevas y extrañas o el encendido repentino de la pantalla son síntomas de que el spyware podría estar activo y controlando el equipo a distancia.
Cómo proteger la cámara del celular
Una primera acción es revisar los permisos de las aplicaciones, revocando aquellos que no tengan una justificación clara para acceder a la cámara o el micrófono.
Otra medida es instalar software de seguridad confiable capaz de detectar y eliminar spyware, así como mantener el dispositivo actualizado para cerrar vulnerabilidades.
También conviene evitar descargas de fuentes no confiables y no realizar jailbreak o root, ya que estas prácticas debilitan las defensas del sistema. Igualmente se recomienda usar métodos de autentificación robustos, como contraseñas seguras o biometría.
En casos donde se busque una protección física adicional, una opción simple es cubrir la cámara cuando no se use. Asimismo, resulta útil evitar redes Wi-Fi públicas no seguras y mantenerse atento a intentos de phishing, que son un mecanismo común para instalar spyware.
Si un usuario sospecha que su cámara está comprometida por spyware, una acción inmediata es realizar un escaneo con software de seguridad confiable para identificar y eliminar la amenaza. También es fundamental auditar y desinstalar aplicaciones sospechosas, así como revocar permisos que no sean indispensables.
Actualizar el sistema operativo y las aplicaciones ayuda a cerrar posibles brechas de seguridad. En caso de que los problemas persistan, puede ser necesario restablecer el dispositivo a valores de fábrica o contactar al fabricante para recibir orientación.
Ondrej Kubovič, especialista en concientización de seguridad, señaló a ESET que “tener una cámara en el bolsillo es muy práctico para distintos usos personales y profesionales, pero también la convierte en un objetivo atractivo para los atacantes que buscan espiar a las víctimas”.
Agregó que antes este tipo de prácticas estaba limitado a “actores sofisticados que explotaban las cámaras frontal y trasera con fines de espionaje”, pero hoy se ha extendido a un nivel mucho más amplio.
Según Kubovič, “los cibercriminales comunes e incluso acosadores ya pueden utilizar herramientas como aplicaciones de stalkerware, usadas con frecuencia por parejas abusivas, o malware financiero como SpyLoan, que ha sido detectado explotando cámaras para vigilar a las víctimas o recolectar material comprometedor”.