Publicidad
Publicidad

El boom riesgoso de los data centers para el mercado

Las grandes, medianas y pequeñas empresas quieren invertir en infraestructura de nube para un mercado en inteligencia artificial que aún no despega.
lun 13 octubre 2025 08:02 AM
Los centros de datos acumulan sólo en Quéretaro una inversión de 800,000 millones de dólares.
Hacia los próximos años se espera que la inyección de capital a esta industria sea de 5.2 billones de dólares. (XH4D/Getty Images)

Hay una tendencia en el sector empresarial que no se detiene y que cada día se escucha más: la inteligencia artificial. Ante este despliegue, las empresas buscan infraestructura para alojar y operar los datos y procesos paralelos que se requieren. De acuerdo con un pronóstico de McKinsey, la inversión mundial en chips, centros de datos y energía para impulsar esta industria ascenderá a 5.2 billones de dólares, aunque algunos analistas comienzan a observar estas apuestas con lupa.

Tan solo el proyecto Stargate se ha comprometido a invertir 500,000 millones de dólares en cuatro años para desarrollar la infraestructura de inteligencia artificial. De ellos, 100,000 millones se asignaron a la construcción de centros de datos en Estados Unidos y al desarrollo de 10 gigavatios (GW) de energía, según datos de Statista.

Publicidad

A ello se suma un acuerdo con Oracle que contempla una expansión adicional de 4.5 GW bajo el paraguas de Stargate, lo que eleva la capacidad en desarrollo por encima de los 5 GW.

En paralelo, se anunciaron cinco nuevos hubs que alojarán este tipo de infraestructura energética, entre ellos Texas, Nuevo México y el Medio Oeste, con el objetivo de alcanzar en tres años una capacidad de 7 GW mediante una inversión de 400,000 millones de dólares. Sin embargo, ante estas cifras históricas, los analistas lanzan advertencias.

“Si bien aún se desconoce mucho sobre la trayectoria de crecimiento de la IA y la dinámica económica relacionada, la magnitud de la inversión podría impulsar un crecimiento significativo del PIB mundial, crear miles de empleos bien remunerados e impulsar la innovación en diversos sectores. Sin embargo, existen desafíos importantes, desde las necesidades de infraestructura hasta la reacción negativa de los consumidores, y los gobiernos estatales deberían tener una visión clara de los verdaderos costos y beneficios al evaluar sus estrategias”, señaló Adán Barth, socio principal de McKinsey en el área de centros de datos.

La construcción de estos espacios requiere no solo tierra y servidores, sino contratos de energía limpia, acuerdos de transmisión eléctrica, estaciones de enfriamiento, fibra troncal y respaldo redundante. Si un centro de datos falla por un apagón o falta de acceso a energía firme, no es un contrato que se retrasa; es un eslabón estratégico que se pierde.

Publicidad

Aunado a lo anterior, existe un riesgo financiero que trasciende lo empresarial, pues muchos de estos proyectos se están financiando con deuda privada menos visible, fuera de los balances públicos tradicionales, lo que introduce una opacidad en el riesgo sistémico.

Si varios desarrollos grandes fracasan simultáneamente por sobrecapacidad, cambios regulatorios o choques energéticos, el efecto podría extenderse a mercados financieros vinculados al crédito especializado en infraestructura digital.

Gautam Bhandari, analista de I Squared Capital, advirtió a The Economist que esta situación se asemeja a burbujas tecnológicas como la que se vivió en el sector de las telecomunicaciones de los años noventa, aunque a diferencia de aquel momento, estos centros de datos añaden capacidades de IA a escala global.

“Muchos centros nuevos se planean en zonas remotas con abundancia de energía renovable pero también con costos logísticos elevados y riesgos de aislamiento. Esa fórmula puede funcionar cuando los flujos de datos justifiquen la latencia, pero si la demanda no crece como previsto, esas instalaciones podrían quedar aisladas e infrautilizadas”, refirió Bhandari.

En ese escenario, los países que ofrezcan incentivos energéticos, conectividad robusta y condiciones regulatorias transparentes podrían captar inversiones sustanciales, mientras que los que no lo hagan pueden ver fugas de capital o zonas de infraestructura abandonadas. En Latinoamérica, ello plantea una disyuntiva entre convertirse en polos digitales subutilizados o en víctimas del “boom fantasma” de la IA global.

México, Brasil y Chile concentran más del 70% de la inversión regional y atraen a gigantes como AWS, Microsoft, KIO u Odata, que buscan terreno, energía y estabilidad para alojar operaciones de IA y nube. Solo Querétaro acumula proyectos por más de 8,000 millones de dólares en desarrollo de este tipo, con un ecosistema que empieza a replicar lo que en su momento fue Silicon Valley para la microelectrónica.

Publicidad

Newsletter

Únete a nuestra comunidad. Te mandaremos una selección de nuestras historias.

Publicidad

Publicidad