En estas empresas, el CAIO coordina equipos de científicos de datos, médicos y reguladores para que la innovación se traduzca en patentes.
          En la industria manufacturera, la adopción del CAIO responde a la optimización de procesos. Las fábricas están incorporando algoritmos de mantenimiento predictivo, visión computacional y modelos de demanda para reducir mermas y ajustar la cadena de suministro en tiempo real.
          “La manufactura y el sector industrial también están cada vez más implementando inteligencia artificial para optimizar procesos en planta o cadenas de suministro”, apuntó Bermúdez.
          La banca y los servicios financieros constituyen otro frente de adopción. La detección de fraudes, el scoring crediticio, el trading algorítmico y los asistentes conversacionales son aplicaciones que han impulsado la necesidad de liderazgo especializado.
          “Banca, finanzas, seguros, manufactura, industria y farmacéutica son los sectores que están liderando esta tendencia a nivel mundial”, explica el reporte de McKinsey.
          La consultora estima que el impacto económico de la IA generativa puede añadir entre 2.6 y 4.4 billones de dólares al PIB global, y buena parte de ese valor vendrá precisamente de estos sectores.
          “Uno de los retos más importantes de esta figura tiene que ver con transparencia, justicia, no discriminación, privacidad y rendición de cuentas”, precisó Bermúdez.
          Un CAIO debe garantizar que los modelos no reproduzcan sesgos, que los datos estén protegidos y que las decisiones automatizadas tengan un responsable humano.
          En América Latina, el fenómeno apenas comienza. Si bien las tecnológicas y algunas entidades financieras ya crearon direcciones de IA, la mayoría de las empresas siguen en fase de pilotos. Sin embargo, el potencial de este rol es enorme en mercados donde el talento especializado es escaso y la regulación aún está en desarrollo.
          En México, por ejemplo, un CAIO podría ayudar a conectar los esfuerzos dispersos de automatización, analítica y experiencia de cliente, alineándolos con la estrategia corporativa, de acuerdo con Bermúdez.