En lo que va de 2025, un sector que ha tenido inyección de capital es el de nube, por ello la Comisión Europea puso bajo la lupa a los gigantes tecnológicos de AWS y Microsoft Azure, que juntas concentran la mayor parte del mercado europeo de esta infraestructura y ahora enfrentan una investigación formal para determinar si sus prácticas limitan la competencia, generan dependencia excesiva entre empresas y gobiernos, o si deben ser tratadas como “gatekeepers” bajo el tratado de Mercados Digitales (DMA).
La UE cuestiona concentración de mercado de AWS y Azure
De acuerdo con Bruselas, la nube dejó de ser un servicio más para convertirse en una columna vertebral de la actividad económica europea, pues es el respaldo de sistemas gubernamentales hasta las aplicaciones financieras, lo que genera preocupación. La UE señaló un riesgo tanto para la competencia como para la “soberanía digital”, una preocupación que ha ganado fuerza entre los gobiernos europeos en los últimos cinco años.
La investigación aborda tres preguntas de fondo. La primera es si AWS y Azure ejercen un poder tal que justifique designarlas como “gatekeepers”, una categoría que obliga a las plataformas a cumplir reglas de interoperabilidad, evitar la autopreferencia y facilitar la portabilidad de datos, entre otras exigencias.
Hasta ahora, los servicios de nube no estaban explícitamente incluidos en la lista de servicios esenciales bajo la DMA, pero el creciente rol que desempeñan los coloca en el centro del debate regulatorio.
La segunda línea de investigación apunta a evaluar si las prácticas de ambos proveedores generan efectos de “lock-in”, un fenómeno en el cual cambiar de proveedor resulta tan costoso y complejo que, en la práctica, la competencia deja de operar.
La tercera vertiente busca prevenir abusos en un mercado tan técnico, veloz y con tantas economías de escala como el de la nube.
AWS insistió en la réplica a esta investigación que “el mercado de nube es vibrante, competitivo y lleno de opciones, y que imponer regulaciones excesivas podría elevar los costos para las empresas europeas o frenar la innovación”.
Microsoft, por su parte, señaló que colaborará con la investigación, aunque defiende que el mercado es dinámico y que las empresas tienen múltiples alternativas. Ambas compañías enfrentan ya presiones regulatorias en otras regiones, especialmente en temas de licenciamiento, interoperabilidad y privacidad.
La investigación apenas comienza y la Comisión Europea anticipa que podría extenderse durante un año para los casos particulares y hasta dieciocho meses para la revisión general del marco regulatorio.