Prompt para escribir mejor
Antes de producir texto suele ser más productivo pedir estructura que contenido. Cuando se le solicita a la IA que proponga un texto lógico y jerarquizado sobre un tema específico, pensada para una audiencia concreta, el resultado es más claro que pedirle ayuda a escribir cualquier cosa.
Cuando el texto ya existe, la IA puede cumplir una función distinta, la de editor implacable. Pídele sugerencias sobre si el texto es claro, si hay redundancias, si queda claro y si la estructura puede mejorar, pero sobre todo aplica estas recomendaciones de forma directa al texto para que puedas fortalecer el músculo de escritura y aportar el toque único que como redactor se tiene.
Prompt para investigar
En el terreno de la investigación, la IA resulta especialmente útil cuando se le pide síntesis. Solicitar un panorama ejecutivo de un tema, con actores clave, tendencias, cifras relevantes y debates abiertos, permite tener una visión de conjunto antes de profundizar.
No sustituye el trabajo de fondo, pero evita perder tiempo en información periférica. Lo mismo ocurre cuando se le pide comparar dos opciones, tecnologías o estrategias. La comparación estructurada ayuda a clarificar ventajas, desventajas y casos de uso, incluso si después se decide matizar o cuestionar esa primera lectura.
Prompt de control de calidad
Usar la IA al final del proceso no significa pedirle un último retoque superficial, sino invitarla a cuestionar lo que ya parece cerrado. Cuando se le pide que detecte errores, supuestos no justificados u oportunidades de mejora, la IA adopta un rol similar al de una segunda lectura u opinión. Esa distancia es clave, porque permite identificar fallas que suelen pasar inadvertidas cuando el trabajo ya ha sido defendido internamente por quien lo produjo.
La productividad, en este punto, no consiste en terminar antes, sino en terminar mejor sin invertir mucho más tiempo.
Prompt para aprender más sobre IA
Un paso más allá aparece cuando la IA deja de ser solo una herramienta de ejecución y empieza a funcionar como una herramienta de aprendizaje. Esto ocurre cuando, en lugar de evaluar el resultado, se evalúa el proceso. Pedirle a la IA que analice el prompt que se acaba de usar implica saber por qué respondió así.
Quien aprende a escribir mejores prompts no depende tanto de la herramienta, sino que la convierte en una extensión más precisa de su propio criterio.