El resurgimiento de la vivienda prefabricada
Desde la fiebre del oro en California a la posguerra en Londres, la vivienda prefabricada ha experimentado algunos apogeos a lo largo de la historia, sobre todo cuando la sociedad necesita soluciones habitacionales rápidas y baratas. Sin embargo, a pesar de la asequibilidad y la innovación que vienen con tales viviendas, a menudo las acompaña también cierto estigma. La palabra "pre-fabricada" suele asociarse con mal diseño, mal estado y pobreza.
Con todo, la vivienda modular ha recorrido un largo camino desde las casas de los catálogos Sears y las caravanas de antes. Hoy los mejores arquitectos están incursionando en la arena, y muchos clientes que tienen tanto el tiempo como los recursos para adquirir casas comunes construidas sobre el terreno están empezando a mirar otra vez hacia el mundo prefabricado.
"El interés o la promesa de lo prefabricado no es nuevo, pero se ha reavivado, y el combustible sigue atizando el fuego", dice Joseph Tanney de Resolution: 4 Architecture, una firma neoyorquina que desde 2002 desarrolla sistemas de vivienda modular. "Y debido a que más arquitectos están participando, el nivel de diseño está aumentando en todo el sector".
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Empresas como Snøhetta -conocida por su trabajo en la Ópera y Ballet Nacional de Noruega y la Biblioteca Alexandrina- están abrazando las posibilidades de esta modalidad otrora denostada. "Queríamos poner la arquitectura de calidad a disposición de más personas", afirma Anne Cecilie Haug de Snøhetta. Los grandes minoristas también están acercándose a lo prefabricado, incluyendo la marca minimalista Muji, que desarrolló la cabaña Mujihut, que pronto debutará en Japón.
Cualquier persona que haya construido una casa o haya pasado por una renovación puede certificar que el proceso es casi siempre impredecible, los costos crecientes y los errores humanos causan la mayoría de los problemas. La vivienda prefabricada, en cambio, ofrece control y certeza para el dinero. Aunque la producción varía según la empresa, la mayoría de estas viviendas se ensamblan en una fábrica y luego se instalan in situ en cuestión de días o semanas.
Los diseños están limitados solamente por las dimensiones máximas permitidas para el transporte por carretera, que en Estados Unidos es 4.8 metros.
Si bien muchas empresas se enfocan en residencias primarias asequibles y de alto nivel, otras anuncian los módulos como retiros rurales, áreas de trabajo en el jardín, casas para invitados y para los suegros.
En asociación con la compañía noruega Rindalshytte, Snøhetta desarrolló una cabaña prefabricada llamada Gapahuk. "Hubo un esfuerzo consciente para que la cabaña fuera sencilla de construir y sin elementos costosos especiales", comenta Haug, el arquitecto principal del proyecto.
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La estética moderna y la simplicidad es el común denominador que conecta las viviendas modulares de hoy, así como un compromiso con la sostenibilidad. Por ejemplo, todos los diseños ofrecidos por LivingHomes, empresa con sede en California, están construidos con los más altos estándares ambientales.
"Tenemos un programa ambiental LEED Platinum extremadamente completo y usamos la producción en fábrica para construir de manera más eficiente", explica el CEO Steve Glenn. "La producción en fábrica también disminuye los residuos de la construcción y los diseños compactos y eficientes reducen los recursos utilizados tanto durante el proceso de construcción como durante la vida de la casa".
Compañías que se especializan en la arquitectura prefabricada están apareciendo por todo el globo, de Australia a Japón a Texas. Jeff Wilson, CEO de Kasita, señala que son particularmente adecuadas para las áreas urbanas.
"Tienes todas estas fuerzas convergentes de la falta de asequibilidad en las grandes ciudades, toda la tendencia minimalista de las personas que quieren vidas más grandes pero menos cosas y la urbanización en masa, donde la gente está tratando de volver a lo fundamental. Creo que todo esto y cierto espíritu de la época o zeitgeist contribuye a la aparición de lo prefabricado", dice.
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El precio es, por supuesto, otro gran beneficio de la prefabricación moderna. Según Tanney, los diseños modulares de la compañía cuestan entre 10 y 50% menos que su comparación construida sobre el terreno, y Glenn calcula un ahorro del 20-40% para una casa LivingHome versus una construida de la manera convencional.
Conforme el interés en estos hogares siga creciendo, las empresas seguirán innovando, perfeccionando los procesos de construcción, simplificando la personalización y agregando funciones de alta tecnología. Kasita ya ha incorporado tecnología doméstica inteligente que permite a la casa aprender tus preferencias, una función que otras empresas se apresuran a incluir. Parece que gracias a la prefabricación, la vivienda del pasado se ha convertido en la vivienda del futuro.