Realidad virtual hecha arte, ¿cómo vender estas expresiones progresivas?
Este verano en Italia, puedes estar cara a cara con Jesús. Elevándose por encima de ti, sus brazos se extenderán hacia la crucifixión. Su cuerpo resplandeciente se convulsionará esporádicamente, proyectando una lluvia de brasas doradas.
Pero esta no es la segunda venida de Jesucristo, es una obra de realidad virtual (RV) del artista germano-danés Christian Lemmerz.
Titulada La Apparizione (La aparición), la obra se presentará en una habitación vacía de tres por tres metros. Los espectadores entran, se colocan un casco de RV y son transportados al espacio exterior, donde pueden circundar al Jesús levitante y dorado.
Es una de las dos obras de realidad virtual que exhibe la Fundación Faurschou en Venecia este verano. La galería se une así a una creciente lista de instituciones que han expuesto arte RV, incluyendo el Museo de Arte Moderno de Nueva York y el Museo Whitney de Arte Americano.
Y en la medida en que los mejores curadores del mundo abrazan este nuevo medio, los coleccionistas comienzan a asomarse.
Determinar su valor
Aunque no puedas colgar La Apparizione en la pared como una pintura, definitivamente está a la venta. Lemmerz ha lanzado cinco ediciones, cada una con un costo cercano a los 100,000 dólares.
Pero valorar o tasar el arte virtual representa un nuevo desafío tanto para compradores como para vendedores. Las galerías normalmente miran el trabajo previo de los artistas al momento de fijar los precios, pero habiendo un número tan pequeño de obras de arte RV en el mercado, hay pocos precedentes a los que remitirse.
Las comparaciones con otros tipos de arte no siempre resultan útiles. Lemmerz es principalmente un escultor, pero ¿se puede comparar La Apparizione con una escultura en bronce de Jesús que hizo en 2013? Esa obra de 2013 es un objeto, la otra es una experiencia. Y mientras que los artistas llevan milenios haciendo esculturas en bronce, la realidad virtual es una nueva tecnología más familiar para los video-jugadores que para los coleccionistas de arte.
Lee: Así se moverá la tecnología en 2017
El mercado todavía está adaptándose, según Sandra Nedvetskaia de Khora Contemporary, la productora que ayudó a Lemmerz a crear su última pieza de arte RV.
"Por el momento, las obras de videoarte son la única comparación", dijo. "Pero algunos coleccionistas han comparado las obras de arte de realidad virtual con esculturas porque, por supuesto, te encuentras en medio de esa pieza escultórica móvil".
El hardware es otra categoría nueva para las galerías, y quienes venden arte RV incluyen a menudo un casco en el precio. Nedvetskaia dijo que todas las obras producidas por Khora Contemporáneo vienen con cascos HTC Vive, y un servicio de por vida.
"Eso incluye actualizaciones", agregó Nedvetskaia, "para que esta obra de arte no se convierta en algo como una cinta de vídeo que ya no puedas experimentar".
Pero la velocidad con que cambia la tecnología RV puede ser un problema para los artistas, advierte Edward Winkleman, que cofundó la feria de arte orientada al vídeo, Moving Image, en 2011.
"En su práctica siempre se están preguntando si deben esperar a que salga el nuevo casco de realidad virtual", dice Winkleman. "Si esperan, pueden aprovechar las nuevas actualizaciones, pero también pueden perder la oportunidad de presentar su trabajo".
Lee: Emprendedor desarrolla guante que te acerca a la realidad virtual
Un mercado emergente
Los artistas jóvenes están experimentando con la realidad virtual, y no todas sus obras llevan el precio de seis cifras de La Apparizione, asegura Murat Orozobekov, el otro cofundador de Moving Image.
Entre las obras de RV en la feria de este año estaba una pieza psicodélica de la prometedora artista digital Brenna Murphy, así como Primal Tourism: Island de Jakob Kudsk Steensen, que sumergía a los espectadores en la visión distópica de una isla polinesia.
"Los precios van de 2,500 a 6,500 dólares para el trabajo de un artista emergente", dijo Orozobekov.
En el otro extremo de la cotización, una inquietante pieza de RV del artista estadounidense Paul McCarthy está actualmente disponible en dos importantes galerías europeas -Hauser & Wirth y Xavier Hufkens- por aproximadamente 300,000 dólares. Montada en una habitación espeluznante, la obra presenta a un grupo de personajes femeninos que se burlan unas de otras y, ocasionalmente, del espectador.
La diferencia en los precios no es simplemente una cuestión de reputación, explica Elizabeth Neilson, directora de la galería londinense The Zabludowicz Collection.
"También están los costos de desarrollo de la tecnología que han usado. Alguien como Rachel Rossin hace gran parte del desarrollo por su cuenta, pero alguien como Jordan Wolfson no hace nada del trabajo tecnológico y subcontrata a profesionales de Hollywood", señaló Neilson, refiriéndose a dos artistas emergentes que han estado trabajando con la realidad virtual. “Como puedes imaginar, esto es caro”.
La amenaza de la piratería
El precio del arte virtual puede mantenerse alto limitando el número de copias realizadas. La pieza de realidad virtual de McCarthy fue lanzada solamente en una edición de tres, y la de Lemmerz en una edición de cinco.
Al restringir deliberadamente la oferta, las galerías crean un mercado para el arte de realidad virtual basado en la escasez, como ocurre con las pinturas y las esculturas. Pero a diferencia de otras expresiones artísticas, las piezas de realidad virtual son infinitamente replicables. En su forma más básica, son simplemente archivos digitales que pueden ser experimentados por cualquier persona con un casco RV.
Mientras un artista puede limitar fácilmente las ediciones de una escultura, es mucho más difícil frenar la propagación de un archivo digital -algo que las industrias de la música y el cine descubrieron duramente. Sin embargo, esto encarna oportunidades tanto como amenazas, según Nedvetskaia.
Lee: Samsung y la SCT intentan democratizar la realidad virtual
"Dentro de cinco años cada uno de nosotros podría tener unas gafas de realidad virtual además de nuestro iPhone", vaticinó. "Así que no descartemos la posibilidad de que las ediciones de las obras de arte de realidad virtual se hagan a un precio asequible para que el público pueda verlas. Estamos realmente en la antesala del nacimiento de este mercado, las posibilidades son ilimitadas”.
El establishment del mundo del arte aún no ha acogido completamente el arte digital. Ni Christie’s ni Sotheby’s han vendido una obra de RV. Pero ambas han manifestado un cauteloso interés en el medio.
En marzo de este año, Sotheby's se convirtió en la primera gran casa de subastas en exhibir arte de realidad virtual. Presentada en su sede neoyorquina, la exposición “Bunker”, centrada en la tecnología, incluía La Apparizione y una obra de RV de Sarah Rothberg llamada Memory/Place: My House.
El director de marketing de Christie’s, Marc Sands, cree que es solo cuestión de tiempo para que la realidad virtual empiece a aparecer en las subastas importantes.
"La respuesta (al arte de realidad virtual) tanto de consignatarios como de compradores es en gran medida positiva, pero hasta la fecha no hemos descubierto la versión más espectacular de RV", dijo Sands. "Sin embargo, como con muchas cosas digitales, llegará pronto".