El reto de practicar un deporte invernal donde no hay nieve

Pita Taufatofua participa en los Juegos de Invierno en PyeongChang como el primer esquiador de fondo del país tropical de Tonga… y con solo tres meses de experiencia en la nieve.
El tongano se enfrentó a las frías temperaturas en la ceremonia de apertura este viernes 9 de febrero. (Foto: KAI PFAFFENBACH/REUTERS)

La vida de Pita Taufatofua cambió en un instante cuando caminó por el estadio Maracaná de Río de Janeiro, con su torso desnudo y musculoso untado de aceite.

Llevaba la bandera de Tonga en la ceremonia de apertura de los Juegos Olímpicos de 2016, vestido con apenas una falda tradicional tongana, Taufatofua ganó fama inmediata, y muchos admiradores.

Su vida no ha sido la misma desde entonces.

Pero los millones de espectadores alrededor del mundo poco sabían del sacrificio y la determinación detrás del sueño de Taufatofua de convertirse en atleta olímpico.

"Es bastante divertido porque ese momento fue algo muy importante, pero fueron 20 años de trabajo duro para llegar allí", dijo Taufatofua a CNN antes del comienzo de los Juegos Olímpicos de Invierno.

El tongano se enfrentó a las frías temperaturas en la ceremonia de apertura este viernes 9 de febrero para repetir su caminata estelar, ondeando la bandera de su país con su torso nuevamente aceitado.

"Definitivamente cambió mi vida de muchas maneras diferentes e interesantes", agregó, refiriéndose a aquel momento de 2016.

Ahora, no contento con ser la primera persona en representar a su país en taekwondo en los Juegos Olímpicos, Taufatofua participa en los Juegos de Invierno en PyeongChang como el primer esquiador de fondo de Tonga… y con solo tres meses de experiencia en la nieve.

Sueño de invierno

Nacido en Australia pero criado en Tonga, Taufatofua anunció sus planes para intentar calificar para el "deporte más difícil" de los Juegos Olímpicos de Invierno en diciembre de 2016.

Antes de su primera carrera, solo había cronometrado cuatro semanas de entrenamiento en la nieve.

"Cuando no tienes nieve, es muy difícil aprender un deporte de nieve, así que estudiamos todas las formas en que podía imitar estar en la nieve sin estar en la nieve", contó.

"Hallamos los esquís de ruedas (rollerskis), me los ponía y corría en la playa solo para tratar de encontrar ese punto de equilibrio, y miraba mucho YouTube y veía lo que los profesionales hacían, y yo trataba de imitar eso mentalmente en mi cabeza".

Una sonrisa irónica se dibuja en el rostro de Taufatofua ante la mención de esquiar sobre ruedas: "posiblemente la peor cosa que se haya inventado", dice. "Es como patinar pero no", explica. "Al esquiar sobre ruedas no puedes parar, la única forma de parar es caer y lo aprendí de la manera difícil muchas, muchas veces".

nullDespués de su primera carrera, la clasificación para los Juegos Olímpicos de Invierno parecía una posibilidad remota.

Pita superó sus propias expectativas, pero incluso el confiado tongano momentáneamente permitió que la duda lo alcanzara. "Nuestro objetivo era terminar en 12 minutos... y lo hice en seis", recuerda.

"Estaba tan por detrás de todos esos esquiadores profesionales que pensé, ‘dios, esto es tan difícil, ¿en qué me he metido?’".

Además de tratar de conseguir fondos para financiar unos esquís de calidad (los que usó Pita durante el último año eran rentados), los vuelos y los costos del viaje, el mayor desafío ha sido perder peso.

Con una estatura de 1.91 m, Pita Taufatofu pesaba 100 kilos en Río. Desde entonces, ha perdido 15 kilos de grasa y músculo, aunque todavía pesa al menos 20 kilos más que sus rivales.

Pero de todas las dificultades de intentar dominar un nuevo deporte en el lapso de un año, nada pudo haberlo preparado para su última carrera en Islandia a fines de enero, su última oportunidad de clasificar para PyeongChang.

Viajaba en compañía del esquiador chileno Yonathan Fernández y

, pero una gigantesca tormenta de nieve significó que la ruta hacia el sitio de la carrera, cerca de Ísafjörður, estaba bloqueado por avalanchas.

"Yona de Chile, un tipo militar, dice: ‘¿Saben qué? Tenemos que atravesar la tormenta", cuenta Taufatofua. "Y así terminamos conduciendo durante dos días tratando de superar la ventisca”.

"Avanzamos ocho horas, luego tuvimos que regresar y volver a intentarlo, pero habíamos calculado exactamente dónde estaban esas avalanchas y estaban a 20 kilómetros de la carrera".

"Entonces pensamos que podíamos llegar a donde habían cerrado la carretera, dejar el auto allí y luego caminar, tendríamos que caminar 20 kilómetros a través de la ventisca para llegar a la carrera, era nuestra última oportunidad. Afortunadamente, en el tercer día que intentamos pasar, las carreteras acababan de despejarse, así que logramos avanzar y llegar a la última carrera".

Sueño imposible

Su determinación valió la pena, y con su resultado final y los puntos de clasificación de las carreras de esquí sobre ruedas, Taufatofua tenía lo suficiente para calificar para los Juegos de Invierno.

"El sueño de este año era calificar, era el sueño imposible. Supongo que participaré sin presión", dice.

"He llegado el último, así que creo que soy la última persona en el ranking, si obtengo una medalla de oro, seré feliz; si soy el último, seré feliz. Logré entrar a los Juegos Olímpicos y llevé a Tonga a los Juegos Olímpicos".

En cuanto a su vestimenta para la ceremonia de apertura (o más bien, la falta de ella), Taufatofua admitió que las bajas temperaturas estaban muy presentes en su mente.

"No sé si sea posible vencer ese evento, eran los Juegos de verano", ríe. "Estaremos a menos 18 o menos 20 grados. Quiero asegurarme de que al menos pueda llegar a mi competición y no congelarme, así que tengo que mantener el calor en la ceremonia de apertura".

El calor se lo dio el público, a temperaturas bajo cero, el abanderado de Tonga volvió a desfilar con su tradicional vestimenta y el torso desnudo.