Un escape de estrellas: el planetario y las cabañas 'constelación' de Noruega
En la tranquila campiña de Harestua, a unos 48 kilómetros al norte de Oslo, Noruega, un camino serpentea por un denso corredor de abetos de más de 20 metros de altura.
Al frente hay oscuridad y arriba, las galaxias giran.
Al final del camino iluminado por las estrellas, un domo dorado celestial descansa sobre una loma cubierta de nieve, desde donde el horizonte se extiende sin interrupciones en todas direcciones.
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Esa es la visión del despacho de diseño Snøhetta para unas cabañas "constelación" y un planetario que se incorporarán al Observatorio Solar de Harestua, el centro astronómico más grande de Noruega, para 2020.
El proyecto ambicioso tiene la intención de brindar un lugar para que los viajeros y los estudiantes observen las maravillas naturales del mundo.
"Este paisaje mágico ha inspirado muchos mitos tradicionales noruegos con los que crecimos", dijo a CNN Travel Vegard Lundby Rekaa, jefe de astrónomos del Instituto Tycho Brahe. "Tienes los valles, las lomas, los bosques, las estrellas… todo es parte de la experiencia".
Una historia estelar
El Observatorio Solar de Harestua es el observatorio solar más grande al norte de los Alpes y es famoso entre los astrónomos, los académicos y los aficionados a la astronomía.
La Universidad de Oslo fundó el centro en la década de los cincuenta y sigue siendo un centro de investigación activo.
"Noruega no es un país muy importante en el sentido de la investigación", dijo Rekaa. "Somos pocas personas, pero han sido creativas e inteligentes y construyeron un observatorio para la física solar que terminó siendo uno de los observatorios más importantes de la década de los sesenta".
Al centro se le han atribuido varias técnicas y descubrimientos a lo largo de los años, entre ellos el espectrógrafo (para observar y analizar el Sol) y el descubrimiento de las tormentas solares.
Como parte de la experiencia envolvente, los visitantes pueden experimentar con los instrumentos del instituto, tales como el enorme telescopio de más de 20 metros de diámetro.
Gracias a las adiciones de Snøhetta, el centro astronómico será aún más accesible para los turistas por su planetario innovador y sus instalaciones para pernoctar.
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"Va a ser una experiencia educativa y la arquitectura es parte de la educación, parte de la historia", dijo Rikard Jaucis, arquitecto de Snøhetta, a CNN Travel. "Queremos que la gente que venga sienta que está en el aula".
La construcción de mundos nuevos
El diseño integral de Snøhetta se inspira en varios de los principios de la astronomía. En consecuencia, la vista aérea parece un sistema solar que tiene al planetario de casi 1,500 metros cuadrados en el centro.
"Tenemos este saco interminable de [fenómenos] naturales para inspirarnos", dijo Jaucis. "El domo del planetario, por ejemplo, tendrá constelaciones grabadas. Luce un tanto extraterrestre, como si perteneciera a otro lugar, pero al mismo tiempo, está envuelto en el paisaje y arraigado a la tierra".
El arco de la cúpula dorada se alza ante el horizonte y hace referencia al primer planetario del mundo, el que construyó Arquímedes en el año 250 a. C.
Snøhetta tiene planes de incorporar una azotea viviente (cubierta de pasto y musgo) por la que los visitantes podrán pasear si lo desean.
Bajo tierra hay más sorpresas.
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"Cuando vas a un planetario, usualmente usas únicamente la mitad superior del domo para proyectar el cielo. Pero nosotros queríamos usar la parte baja también", explicó Jaucis. "Por eso creamos una especie de salón con forma de tazón. La idea es que los niños jueguen, pero los científicos también pueden usarlo para sus experimentos".
Una noche bajo las estrellas
Para los huéspedes que pernoctarán, Snøhetta diseñó siete cabañas "constelación" que parecen orbitar al planetario.
Con capacidad para entre dos y 35 personas, cada cápsula tendrá una personalidad definida; podría haber una de cristal y otra de madera.
"También consideramos la relación con el suelo. Algunas estarán elevadas, como si flotaran, otras estarán medio enterradas o tocarán tangencialmente, como si estuvieran aterrizando", señaló Jaucis.
Sin importar el diseño, cada una tendrá una plataforma de observación que garantizará vistas ininterrumpidas de la cúpula celeste y de los rebaños que pastan en la lejanía.
"Será superimportante cómo pondremos las ventanas porque cada cabaña deberá tener una vista del cielo clara y sin obstáculos", explicó Jaucis. "El paisaje también es bello. En medio de un bosque tupido hay un claro hermoso que tiene una atmósfera significativa, emotiva".
Aunque las noches más oscuras para admirar las estrellas son las del invierno, no es la única temporada viable para ir.
"En Noruega hay grandes variaciones entre el verano y el invierno. En verano tienes cielos nocturnos hermosos, pero no son tan oscuros, ni siquiera a la medianoche", señala Rekaa. "En esa época del año nos dedicamos más al Sol. Es un observatorio solar y usamos los telescopios para observar las manchas y las tormentas solares".
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Para el invierno, Rekaa recomienda que te instales en tu cabaña y esperes a la aurora boreal.
"Es como tu obra de arte favorita justo sobre ti, y ni siquiera se queda quieta. Está en movimiento y te sorprende constantemente", explica. "Siempre ocurre cuando menos la esperas, así que provoca cierta frustración a los turistas que vienen hasta acá para verla. No saben cuándo vendrá ni si vendrá".
Aunque es menos probable que te toquen las luces del norte en la temporada alta, Rekaa dice que el clima de esas épocas es mucho más cómodo. "En otoño no hace demasiado frío y está bastante oscuro", dijo.
"Todas las estrellas diferentes suben y ves constelaciones, galaxias y cúmulos de estrellas diferentes en otoño que en primavera. No importa cuándo vengas… siempre hay algo que ver".