De acuerdo con ese informe, publicado en la revista Nature Geoscience, hay menos plástico en los mares de lo que se calculaba hasta ahora, pero hay más desechos flotando.
Los autores calcularon que entre 470,000 y 540,000 toneladas de plástico acaban en los océanos cada año -una cifra que puede parecer descomunal pero que resulta muy inferior a las 4 a 12 millones de toneladas estimadas hasta ahora.
En cambio, la cantidad de desechos plásticos que flotan en el mar -cerca de 3,2 millones de toneladas- es mucho mayor de lo calculado hoy en día.
"La mayor parte de la masa de plásticos está compuesta por grandes objetos" (de más de 2,5 centímetros), que flotan con más facilidad, explican los autores del estudio.
La buena noticia es que los objetos grandes en la superficie son más fáciles de recoger que los microplásticos. La mala, es que los plásticos permanecen mucho más tiempo en el océano de lo que se pensaba.
"Esto significa que los efectos de las medidas adoptadas para combatir los desechos plásticos tardarán más en verse", subraya Mikael Kaadorp, de la Universidad de Utrecht, autor principal de este informe.
"Será aún más difícil volver a la situación anterior y si no actuamos ahora, los efectos se notarán durante mucho más tiempo", advierte.
El Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) adoptó en febrero de 2022 en Nairobi el principio de un tratado jurídicamente vinculante para combatir la contaminación plástica planetaria, en particular en el medio marino.
Durante una segunda sesión de debates en París en mayo de 2023, 175 países examinaron opciones que servirán de base para su próxima cita de negociación, en noviembre en Kenia.