¿Cuántos niveles debe tener la ofrenda?
Aunque no hay un número determinado, las ofrendas pueden tener de tres o siete niveles, mismos que tienen el siguiente significado:
- Nivel 1. La imagen del santo al que se le tenga devoción.
- Nivel 2. Se dedica a las ánimas del purgatorio, por lo que resulta conveniente colocar una imagen de las ánimas del purgatorio.
- Nivel 3. La sal es uno de los elementos imprescindibles en el altar, por ello debe colocarse en este escalón para evitar que el cuerpo se corrompa y ayude a la purificación del espíritu.
- Nivel 4. Pan de muerto, un elemento que representa la eucaristía en la liturgia católica.
- Nivel 5. Platillos, fruta, dulces, en general todo alimento que era del gusto del difunto o difuntos.
- Nivel 6. Se coloca la fotografía del difunto o los difuntos acompañada de veladoras para que la luz guíe su camino de ida y de regreso.
- Nivel 7. La cruz, símbolo al que se le atribuye el expiar las culpas del difunto. De acuerdo a la tradición debe formarse una cruz con semillas, frutas y cal, en algunos casos también se agrega la sal.
¿Cuáles son los elementos que lleva y qué significan?
El Instituto Nacional de los Pueblos Indígenas destacan otros elementos relevantes para colocar en el altar:
El agua. La fuente de la vida, se ofrece a las ánimas para que mitiguen su sed después de su largo recorrido y para que fortalezcan su regreso. En algunas culturas simboliza la pureza del alma.
Copal e incienso. El copal era ofrecido por los indígenas a sus dioses, ya que el incienso aún no se conocía, este llegó con los españoles. Es el elemento que sublima la oración o alabanza.
Fragancia de reverencia. Se utiliza para limpiar al lugar de los malos espíritus para que así el alma pueda entrar a su casa sin ningún peligro.
Las flores. Son símbolo de la festividad por sus colores y estelas aromáticas. Adornan y aromatizan el lugar durante la estancia del ánima, la cual al marcharse se irá contenta, el alhelí y la nube no pueden faltar pues su color significa pureza y ternura, y acompañan a las ánimas de los niños.