Mantén a tus mascotas dentro de casa
Las bajas temperaturas representan un riesgo importante para los animales. Dejar a las mascotas expuestas al frío puede causar desorientación, lesiones graves o incluso la muerte. Si no es posible que estén en interiores, proporciona un refugio adecuado que sea seco, sin corrientes de aire y lo suficientemente amplio para moverse, pero pequeño para conservar el calor corporal.
Eleva el piso del refugio algunos centímetros y cúbrelo con materiales aislantes como paja o viruta de madera. Además, protege la entrada con plásticos resistentes o tela impermeable para evitar el paso del viento. Si tienes otras especies como ganado, trasládalos a áreas protegidas y verifica que el acceso al agua y alimentos no esté bloqueado por hielo o nieve.
Cuida las patas y el pelaje
El contacto con sal y químicos usados para derretir el hielo puede irritar las patas de los animales. Limpia sus patas con un paño húmedo después de cada paseo y evita que se laman, ya que esto puede causar molestias o intoxicaciones. También puedes aplicar vaselina o usar botines diseñados para proteger sus extremidades.
Mantén el pelaje largo en invierno para ayudar a conservar el calor. Si tu mascota tiene pelo corto, considera usar un abrigo o suéter durante las salidas. Al regresar a casa, seca a tu mascota y revisa sus patas para remover cualquier acumulación de nieve o hielo entre las almohadillas.
Evita bañar a los animales con frecuencia, ya que esto puede resecar su piel. Si necesitas hacerlo, utiliza un champú hidratante para prevenir molestias cutáneas.