¿Cómo llegó a esa cifra?
Si ambos sismos (el de 2017 y el de 2022) son eventos ajenos, lo cual es válido suponer porque entre el temblor anterior y el último pasaron justamente 5 años, entonces no hay influencia de la primera en la segunda fecha.
“No se puede decir que un evento haya inducido al otro, son eventos totalmente independientes en el tiempo”, aclara Mateos.
Además, ocurrieron en diferentes zonas del país: el sismo del 19 de septiembre de 2017 tuvo como epicentro Puebla, al sur del Valle de México, mientras que el epicentro del sismo del 19 de septiembre de 2022 fue en la costa de Michoacán.
“De lo anterior podemos concluir que tampoco existe ninguna correlación espacial”, asevera Mateos.
Entonces, recordando que son eventos independientes, las leyes de la matemática dicen que para saber la probabilidad de que suceda la coincidencia, se debe calcular la probabilidad de que ocurra un evento y luego multiplicar por la probabilidad de que ocurra el otro.
“La probabilidad de que suceda un sismo en una fecha dada es de 1/365, porque el año tiene 365 días; y luego al multiplicar 1/365 por 1/365 se obtiene como resultado 1/133225, lo cual es una estimación, bajo el supuesto de que hay sismos una vez al año, de magnitud aproximada de 7”, platica Mateos.
Esa probabilidad de 1/133225 es equivalente a ganar el premio de una rifa donde hay 133 mil 225 boletos; en términos decimales, es igual a 0.000751%, número que se ha vuelto viral en Twitter.
A la pregunta de ¿cuál sería la probabilidad de que volviera a temblar el 19 de septiembre de 2023?, Mateos responde lo siguiente:
“Habría que multiplicar otra vez por 1/365 ese 1/133225. El resultado es 1/48,627,125, un número muy chiquito”, comenta Mateos.
Entonces sería como ganar el primer premio en una lotería de 48 millones 627 mil 125 boletos. Lo cual es muy difícil, pero no imposible.