El sistema recién descubierto, que el equipo ha denominado ZTF J1813+4251, tiene la órbita más corta detectada hasta la fecha.
El hallazgo, publicado este miércoles en la revista Nature, se ha hecho en colaboración de la Universidad de Harvard y el Centro Smithsoniano de Astrofísica, entre otras instituciones.
El sistema parece ser una de las raras clases de binarias denominadas "variables cataclísmicas", en las que una estrella similar al Sol orbita alrededor de una enana blanca (el núcleo caliente y denso que queda de una estrella cuando ha agotado su combustible).
Elipse 8 de noviembre 2022 México
Estas variables cataclísmicas surgen cuando, en un proceso que dura miles de millones de años, las dos estrellas se acercan, lo que hace que la enana blanca empiece a acretar (comerse) el material de su estrella compañera.
Los astrónomos captaron esta variable cataclísmica mientras las estrellas se eclipsaban entre sí, lo que ayudó a medir con precisión sus propiedades.
Con las mediciones, realizaron simulaciones de lo que probablemente esté haciendo el sistema en la actualidad y de cómo debería evolucionar en los próximos cientos de millones de años.
Estrella similar al sol
Según sus cálculos, ambas estrellas están en transición y la estrella similar al sol ha estado dando vueltas y "donando" gran parte de su atmósfera de hidrógeno a la voraz enana blanca.
Con el tiempo, la estrella similar al Sol acabará reduciéndose a un núcleo mayoritariamente denso y rico en helio. Y en 70 millones de años, ambas se acercarán aún más, hasta una órbita ultracorta de 18 minutos, antes de empezar a expandirse y separarse.
Aunque los investigadores del MIT y de otros centros ya predijeron hace décadas que estas variables cataclísmicas deberían de hacer la transición a órbitas ultracortas, esta es la primera vez que se observa directamente.
"La gente predijo que estos objetos debían de hacer la transición a órbitas ultracortas, y durante mucho tiempo se debatió si podían acortarse lo suficiente como para emitir ondas gravitacionales detectables. Este descubrimiento pone fin al debate", explica Kevin Burdge, del MIT.