La sonda se separó del cohete lanzadera, tal y como estaba previsto, 27 minutos después del despegue, a las 12:14 GMT, a unos 1,500 kilómetros de altitud.
La misión de Ariane 5 "es un éxito", declaró Stéphane Israël, presidente de Arianespace.
Así empezó una odisea de ocho años para Juice, nombre procedente de las siglas inglesas de Exploradora de las Lunas Heladas de Júpiter, la misión faro de la Agencia Espacial Europea (ESA).
El jueves, cuando se había previsto el lanzamiento en un primer momento, los equipos del centro espacial decidieron interrumpir las operaciones de despegue por el riesgo de rayos, a pocos minutos de la cuenta atrás final.
Contrariamente a los lanzamientos clásicos que disponen de un cierto margen para despegar, la ventana de lanzamiento de la sonda Juice es de apenas un segundo por la particular órbita que debe alcanzar.
"Es la sonda más compleja jamás enviada a Júpiter", subrayó el director general de la ESA, Josef Aschbacher, en la sala de control Jupiter del Centro espacial guayanés.
"Es una misión extraordinaria que muestra todo de lo que Europa es capaz", aseguró Philippe Baptiste, presidente del Centro Nacional de Estudios Espaciales francés.
En los satélites de Júpiter, la sonda buscará entornos propicios para la aparición de formas de vida extraterrestre. No llegará a su destino hasta 2031, a más de 620 millones de kilómetros de la Tierra, al final de un viaje agitado.