Educación y leyes flexibles, claves contra el desempleo: Alianza del Pacífico
Una educación universitaria de calidad, flexibilidad en leyes laborales y una mayor voluntad de la iniciativa privada, son algunas claves para combatir el desempleo juvenil en América Latina, indicaron este jueves funcionarios durante el primer encuentro juvenil de la Alianza del Pacífico realizado en Lima, Perú.
Los funcionarios de organismos mundiales y de gobiernos de la Alianza destacaron la necesidad de ajustarse a una nueva economía mundial que requiere un cambio en el sistema de formación, a fin de adaptarse a un mercado laboral que exige conocimiento constante y adecuado.
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“La economía mundial ya cambió. Actualmente, el número promedio de empleos que tendrá un joven al salir al mercado laboral es 10.5 antes de los 42 años en promedio, y unos cinco trabajos más antes de que se retire. Eso sin contar con el número de carreras que estudiará, que en promedio es de tres a cuatro”, dijo Alberto Rodríguez, director del Banco Mundial para Bolivia, Chile, Ecuador, Perú y Venezuela, América Latina y el Caribe.
Sin embargo, las leyes laborales están rezagadas porque siguen inflexibles para este tipo de personas que cambian constantemente en sus vidas profesionales, indicó el directivo del organismo internacional en el encuentro “Fortaleciendo la educación para la empleabilidad juvenil”.
Por lo que el Banco Mundial ha pedido que los gobiernos tengan la voluntad de cambiar sus marcos legales para el trabajo, según Alberto Rodríguez.
"Esa es la paradoja de política económica, se ataca mucho la flexibilización de las reformas laborales por defender a los trabajadores formales, pero estos son minoría; tan solo en México un 60% de los empleados son informales”, indicó.
En América Latina, el desempleo juvenil afecta a unos 20 millones de personas de entre 15 a 24 años.
Por su parte, Jaime Saavedra Chanduví, ministro de Educación de Perú, aseguró que para tener igualdad de oportunidades en los países latinoamericanos, el Gobierno y la iniciativa privada deben darle a cada joven una oportunidad en el mercado laboral.
“Las nuevas ofertas de trabajo deben tener como base una educación de calidad y para dar certeza a esto, los países de la Alianza del Pacífico tenemos que mejorar la equidad en los sistemas educativos”, destacó Saavedra Chanduví.
Mientras que Paola Muñoz, representante del Ministerio de Educación de Chile, destacó que se debe poner a dialogar más a la academia del sector privado, ya que estos no pueden estar desvinculados del apoyo que se ofrezca a los jóvenes.
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Pedro Goic Boroevic, director Nacional del Servicio Nacional de Capacitación y Empleo del Gobierno de Chile, agrega que otro factor para combatir el desempleo juvenil en América Latina es escuchar a los jóvenes para saber hacia dónde se piensan dirigir y articular la intervención pública con los actores privados.
"En nuestros países el gran generador de empleo es la empresa privada, entonces tenemos que tener buen diálogo para identificar donde están los requerimientos y las oportunidades de empleo, pero también para que la empresa sea el espacio donde los jóvenes y cualquier trabajador se forme permanentemente, tanto el trabajador como la empresa deben seguir aprendiendo”, dijo Goic Boroevic.
Mientras que Berenice Alcalde Castro. subdirectora General de Coordinación y Evaluación del Instituto Mexicano de la Juventud, planteó un reto a los jóvenes asistentes al primer encuentro: cualquier opción que tomen debe ser para crecer.
“Actualmente vemos en nuestros países que los jóvenes pueden decidir dónde trabajar y estudiar, pero todas las opciones que tomen deben ser ascendentes; los jóvenes tenemos que estar siendo partícipes del cambio y el crecimiento de México”, destacó la funcionaria y enfatizó la importancia de que entre menos educación, habrá mayor pobreza para la juventud.
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Alberto Rodríguez, del Banco Mundial, recalcó que el crecimiento de la población joven que termina la secundaria ha sido muy grande en América Latina, lo que, exige un mayor acceso a las universidades o educación terciaria, pero esta educación debe ser de calidad.
“Hay que cuidar la calidad educativa que se brinda en las instituciones públicas y privadas, porque hemos encontrado casos de jóvenes que pagaron por un diploma y salen al mercado laboral para encontrarse que los conocimientos adquiridos en las aulas no es el adecuado para el trabajo que desean, generándoles frustración y un sentimiento de haber sido estafados”, agregó.