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El caos como estrategia de la innovación empresarial

Aunque el control puede ayudar a las empresas a crecer, al momento de ser disruptivo no viene mal olvidar las reglas, según Tim Harford, autor del libro 'El poder del desorden'.
mar 18 julio 2017 04:05 PM
Innovación
Innovación Tim Harford explica que abordar las situaciones difíciles con diferentes perspectivas y creatividad puede llevar a mejores soluciones (Foto: Cortesía de Tim Harford)

Cualquier empresario ha escuchado sobre la importancia de operar con base en metodologías de negocio. Tim Harford, economista de la Universidad de Oxford, tiene una propuesta distinta: ¿y si dejáramos de pensar en el mundo bajo las reglas del orden y le imprimiéramos un poco de improvisación?

Desde 2005, cuando publicó el libro The Undercover Economist –que se tradujo a más de 30 idiomas–, Harford es reconocido por la facilidad con que resuelve problemas cotidianos desde la lógica de la economía. Sin embargo, ahora, el escritor parece haber dado un golpe de timón a su propia mentalidad ordenada.

Con su libro El poder del desorden, se convirtió en uno de los pocos economistas que exploran el caos como una fuente de creatividad. Sólo así, dice, se pueden cambiar las reglas para innovar.

EXPANSIÓN: ¿De qué manera el desorden genera creatividad?
Tim Harford: Puede suceder de diferentes formas. Una es que, cuando te enfrentas a una situación difícil –incluso a gente difícil– empiezas a poner más atención a ese obstáculo. Y en cuanto lo enfrentas, te obligas a abordarlo desde diferentes perspectivas.

En cambio, cuando todo va bien, te relajas y comienzas a generar rutinas o, peor aún, te puedes aburrir. Una segunda manera es forzarte a empezar desde un ángulo diferente, haya o no problemas.

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E: ¿Existe un desorden funcional y otro disfuncional?
TH: El desorden siempre es desorden, pero el que sea o no funcional depende de la forma en que lo enfrentamos. El desorden ayuda cuando te permite tener diferentes acercamientos a algo antes de tomar una decisión.

Por supuesto que, si tienes una planta embotelladora de refrescos, no te puedes permitir experimentar con el desorden. Debes controlar los procesos y ser muy ordenado para que las cosas funcionen. Pero el orden también se vuelve una excusa para no innovar. Puedes aprovechar una situación difícil para crear nuevos procesos.

E: ¿Incluso en el caos puede haber una estrategia?
TH: Sí, claro, el caos puede ser una estrategia competitiva. Un buen ejemplo es el de Jeff Bezos, fundador de Amazon. Su negocio es un poco caótico: lo mismo puede entregar juguetes, libros o artículos de cocina. Bezos logró que esto que podría ser caótico, tuviera una organización tremenda y, sobre todo, que fuera un éxito comercial.

Lo que muchas personas le recomendarían a un emprendedor sería que se fuera con calma, que primero se consolidara en una sola área –en la entrega de libros, por ejemplo– y después, se diversificara. Pero Bezos tenía muy claro que, si no te mueves rápido en el tema de los libros, te ganan; si no te mueves rápido en venta de tecnología, te ganan; si no te mueves rápido en entrega de juguetes, te ganan. No podía esperar.

Los negocios se mueven muy rápido, y puedes perder una oportunidad más rápido de lo que tardarías en encontrar una nueva. Lo mismo pasa en los campos de batalla: parte de la estrategia es reaccionar rápido, pero sólo si estás preparado.

Lo hemos visto en la política estadounidense con Trump: de ser un candidato que no era tomado en serio ahora es presidente. Tal vez no tendrá el mejor de los gobiernos, pero su estrategia caótica nos debería hacer pensar que, a lo mejor, no fue tan caótica como creíamos.

E: ¿Es posible ser una compañía con procesos definidos y, al mismo tiempo, ser caótico?
TH: Es difícil. Un proceso es una regla muy bien establecida, y si las compañías no rompen sus reglas es porque las reglas hacen más competitiva la empresa. Y está bien. Sin embargo, las grandes disrupciones en los mercados provienen de jugadores que decidieron cambiar.

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E: ¿Se debe repensar la manera en la que concebimos los negocios?
TH: Una virtud del capitalismo es que tiene mucho desorden: es relativamente fácil empezar un negocio y competir con otros, puedes ganar clientes o perderlos, moverte de un lugar a otro e, incluso, perder a tus empleados y después conocer a otra gente.

El proceso de negocios ya es, por sí mismo, lo suficientemente desorganizado, y es genial. Lo que necesitamos repensar es el management.

Si de alguien podemos aprender es de los diseñadores. Cuando hablamos de diseño pensamos en casas hermosas, autos hermosos, computadoras increíbles, pero, en realidad, el diseño es un proceso muy desordenado. A los diseñadores no les da miedo probar con ideas por más tontas que parezcan, porque saben que esconden una idea genial detrás.

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