Una disrupción genera más innovación
Nota del editor: Alfredo Zamora es director General de Yastás.
Cuando hablamos de inclusión financiera lo primero que viene a nuestra mente es brindar servicios financieros a las personas que la banca tradicional no ha podido alcanzar. Sin embargo, el concepto es mucho más amplio y de mayor trascendencia.
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En México, la Comisión Nacional Bancaria y de Valores define inclusión financiera como “el acceso y uso de servicios financieros formales bajo una regulación apropiada que garantice esquemas de protección al consumidor y promueva la educación financiera para mejorar las capacidades financieras de todos los segmentos de la población”.
Bajo esta definición, en Gentera, como líderes de la inclusión financiera, nos interesa, no solo la provisión de servicios, sino la infraestructura necesaria –llámense puntos de acceso- para verdaderamente lograr el aprovechamiento de los productos financieros, incluso en las zonas más alejadas.
Si bien el crédito ha sido la puerta de entrada del segmento subatendido al sistema financiero, nuestros 26 años de experiencia nos han hecho entender que es necesario complementar la oferta de servicios que nuestros clientes reciben como: una cuenta de ahorro –el verdadero producto de inclusión financiera que podemos ofrecer-, un seguro que les permita amortiguar los riesgos a los que están expuestos, un medio de pago, etc.
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En países como México, empero, la problemática reside, entre otras cosas, en la dispersión geográfica de la población y en la escasa infraestructura transaccional disponible. El secreto de cualquier servicio financiero es simple: la conveniencia.
De nada sirve tener una cuenta de ahorro si no hay lugares donde depositar –o peor aún- donde retirar dinero ante cualquier necesidad. Tan solo para pagar un crédito, era común que nuestras clientas desatendieran su negocio, recorrieran trayectos de hasta más de dos horas –con el gasto correspondiente en transporte- para cumplir con sus compromisos financieros e, inmediatamente, regresar a su comunidad. Además de complicado y riesgoso era ineficiente.
La primera iniciativa implementada ante esta situación fue realizar alianzas con la red bancaria nacional para que nuestros clientes se beneficiaran de la infraestructura existente y pudieran acudir a las sucursales para cobrar su crédito o depositar sus pagos.
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Esta iniciativa continua vigente y se han incorporado a ella cadenas de supermercados nacionales y locales, así como corresponsales no bancarios. Actualmente, Compartamos Banco (la primera empresa de Gentera) cuenta con 30,419 puntos de operación para cobro de crédito y recepción de pagos en todo el país. Sin duda, una de las redes más amplias del sistema.
nullHace seis años decidimos tomar el problema en nuestras manos y desarrollamos Yastás. El objetivo era crear una red de corresponsales no bancarios que verdaderamente estuviera donde está nuestro cliente.
Para eso nos ocupamos en afiliar a aquellos negocios que tuvieran la capacidad y el interés de complementar su oferta de valor con los servicios financieros y de pagos. Abarrotes “La Oaxaqueña” fue el primer comercio afiliado a Yastás, propiedad de Juana Bustamante y Doña Sabina la primera usuaria, quien realizó una recarga de tiempo aire en su celular de 20 pesos en Coatzacoalcos, Veracruz.
Yastás es el resultado de la investigación de varios modelos de corresponsalía bancaria que había en diferentes países, adaptado a las necesidades de nuestros clientes. Es un ejemplo tangible de cómo la tecnología es un detonador para la inclusión financiera, de cómo una terminal punto de venta en la tiendita de la esquina es un puente entre los servicios financieros y las personas.
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Los puntos Yastás se ubican en comercios conocidos por la gente local, puede ser una tienda de abarrotes, una farmacia o una papelería, donde además de comprar lo que les hace falta, también pueden aprovechar para pagar la luz, el teléfono, comprar tiempo aire para su celular, y pagar su crédito, consultar el saldo de su cuenta de ahorro o retirar dinero. Para los usuarios ir a los comercios de su colonia y ser atendidos por gente que conocen les da confianza a la hora de probar un nuevo servicio.
Los comisionistas se certifican para poder realizar operaciones financieras y así poder ayudar a sus clientes. Las barreras de entrada para aprender a utilizar una nueva tecnología se diluyen con la asesoría y explicación al comisionista.
Actualmente Yastás cuenta con más de 2,700 comercios afiliados, que cubren 46.5% de los municipios del país. En 2016 realizó 13.2 millones de operaciones, de las cuales 5.7 millones fueron operaciones financieras.
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Cada vez son más las opciones del segmento subatendido para acceder al sistema financiero. Ya sea a través de corresponsales no bancarios, banca digital, banca móvil o acudiendo a un banco, lo importante es que el segmento esté familiarizado y lo utilice cada vez más a su favor.