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Las políticas de Trump no están matando el alza del mercado, todo lo contrario

Líderes empresariales han mostrado sus preocupaciones por las medidas que tome el presidente en economía; sin embargo, algunas de sus promesas pueden beneficiar a pequeñas empresas.
mar 14 febrero 2017 06:00 AM
¿Nada de qué preocuparse?
¿Nada de qué preocuparse? Pese a las políticas proteccionistas de Trump, los principales índices de Wall Street han tenido grandes avances. (Foto: JIM BOURG/REUTERS)

Cada vez más líderes empresariales y estrategas de Wall Street están expresando sus preocupaciones sobre lo que podrían causar las políticas proteccionistas del presidente Donald Trump y su naturaleza impredecible a los mercados y la economía.

Pero todos sabemos que una acción dice más que mil palabras. Lo que los inversionistas están haciendo realmente está en marcado contraste con lo que la gente está diciendo. El Dow Jones, el S&P 500 y el Nasdaq alcanzaron máximos históricos el viernes pasado.

Y el Russell 2000, un índice de acciones de pequeñas empresas que tiende a obtener la mayor parte de sus negocios en Estados Unidos, está ahora a solo algunos puntos del máximo histórico que tocó en diciembre pasado tras la euforia del mercado por Trump.

Es más, el VIX, una medida de volatilidad conocida como el medidor de miedo de Wall Street, ha bajado casi 25% este año. Si los inversores estuvieran realmente asustados por Trump, el VIX debería ser mucho mayor.

Y el propio índice Fear & Greed de CNNMoney, que observa el VIX y otras seis medidas de la confianza de los inversionistas, está mostrando signos de codicia y no está lejos de los niveles de avaricia extrema.

Por supuesto, Trump aún parece no poder evitar tuitear sobre cosas que, seamos honestos, no servirán para ayudar a la economía; aunque los inversores de Nordstrom son más ricos pese a que Trump los atacó por dejar de vender la marca de su hija Ivanka.

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Pero, en honor a la verdad, parece que la razón principal de que las acciones hayan despegado de nuevo últimamente es porque Trump ha prometido revelar un plan fiscal “fenomenal” pronto.

Trump también se comprometió a invertir más en infraestructura cuando se reunió con presidentes ejecutivos de aerolíneas el jueves pasado.

Eso es lo que el mercado quiere escuchar.

“Todavía esperamos un estímulo fiscal, menores impuestos y menos regulación”, dijo Matt Lockridge, gerente del Westwood Small Cap Value Fund. “Cuándo llegará es la gran pregunta, pero llegará”, agregó el experto.

Lockridge piensa que muchas compañías, que generan la mayoría de sus ingresos en Estados Unidos, deberían beneficiarse si el estímulo de Trump termina impulsando la economía a una mayor velocidad.

A él le gustan las acciones de una variedad de industrias, como Masco, la propietaria de las salas de cine; la firma de botanas, J & J, y la compañía de equipos aeroespaciales, Kaman.

Otro administrador de capitales dijo que también sigue siendo optimista en pequeñas acciones estadounidenses que podrían ser impulsadas por las políticas de Trump.

Barry James, presidente y CEO de James Investment Research, dijo que al día siguiente de las elecciones compró una participación en el fondo indizado en Bolsa, iShares Russell 2000, porque está seguro de que el plan de estímulo de Trump impulsará el crecimiento de las pequeñas empresas estadounidenses.

“Cuando Trump dijo Estados Unidos primero, realmente creo que eso es lo que quiere decir”, dijo James y añadió que piensa que si las propuestas de Trump son aprobadas prosperarán el servicio telefónico por Internet, Vonage; la minorista de alquiler y venta de electrodomésticos y electrónicos, Aaron's, y la cadena de descuento, Big Lots.

Pero hay otra razón por la que los mercados de Estados Unidos están cerca de sus máximos históricos. A pesar de toda la incertidumbre en Washington, Estados Unidos sigue siendo visto como un modelo de estabilidad relativa en comparación con otras partes del mundo.

La economía de Europa sigue siendo un gran comodín gracias al brexit, al auge del populismo en Francia que ha conducido a preocupaciones sobre un llamado frexit y más preocupaciones sobre el problema que nunca parece desaparecer: los problemas de deuda de Grecia.

La economía de Japón también sigue estancada. Estamos hablando de más de una década perdida ahora. Y la economía de China se está desacelerando también.

El gerente de fondos de bonos Bill Gross a menudo ha bromeado diciendo que Estados Unidos es lo que Johnny Cash y Kris Kristofferson cantaban en Sunday Morning Coming Down: la “camisa sucia más limpia”.

Por ello, analistas de la firma de calificación crediticia Fitch escribieron en un informe el viernes que “los elementos de la agenda económica del presidente Trump serían positivos para el crecimiento”, pero añadió que “el equilibrio actual de riesgos apunta a un resultado global menos benigno”.

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Por supuesto, hay dos lados de esa moneda. La grandilocuencia de Trump podría actuar en su contra.

Su continua inclinación por reprender, en Twitter, a las empresas con las que no está de acuerdo podría minar la confianza de los inversionistas.

Y aunque su propuesta de prohibición de viajes a inmigrantes de siete países mayoritariamente musulmanes ha sido anulada por el sistema judicial estadounidense por ahora, el presidente ha prometido luchar por su restablecimiento.

Incluso si pierde esa batalla, aún queda claro que Trump habla en serio sobre orientar al país más hacia el interior, con planes de aranceles e impuestos fronterizos que podrían desatar guerras comerciales con México, China y Japón. Eso podría perjudicar a grandes empresas multinacionales de Estados Unidos y provocar recortes de empleos.

Pero los inversionistas todavía parecen creer o esperar que los méritos de los planes de estímulo procrecimiento y los recortes de impuestos de Trump superarán el impacto del aislacionismo. Esperemos que tengan razón.

Es posible que los inversionistas estén cubriendo su nariz, cerrando sus ojos y poniendo algodón en sus oídos para ahogar las palabras del presidente, pero siguen comprando acciones.

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