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OPINIÓN: Desorden, indisciplina y mucho enojo, una convención al estilo Trump

Además de la polémica de plagio en el discurso de Melania Trump, hubo discursos de republicanos que realmente saben algo de seguridad, como las palabras del exalcalde de Nueva York Rudy Giuliani.
mié 20 julio 2016 11:01 AM
El momento de la noche
El momento de la noche Una comparación del discurso de Melania Trump muestra que un párrafo fue tomado del de Michelle Obama en la convención de 2008.

Nota del editor: Paul Begala es un estratega demócrata y comentarista político de CNN, fue consultor político para la campaña presidencial de Bill Clinton en 1992 y fue consejero de Clinton en la Casa Blanca. Es consultor del súper PAC Priorities USA Action que apoya a Hillary Clinton. Las opiniones en esta columna pertenecen exclusivamente al autor.

(CNN) – Las convenciones son una extensión de los candidatos que nominan. Ronald Reagan insistió en reuniones soleadas y alegres. Bill Clinton se presentó ante el país como "El hombre de la esperanza", centrándose en sus humildes orígenes como hijo de una madre viuda. Y Barack Obama electrificó a la nación desde el estadio Mile High, desafiándonos a creer en "la audacia de la esperanza".

La primera noche de la convención de Donald Trump fue tan desordenada, indisciplinada e indigna como el propio Trump. Si el pelo de Donald Trump celebrara una convención, sería así.

El mejor momento de la noche, de lejos, vino de la notable esposa del Sr. Trump, Melania. Pero incluso su cordial discurso se vio salpicado por una controversia muy ‘trumpiana’. Una comparación palabra por palabra de un párrafo muestra que fue tomado del discurso de Michelle Obama en la convención de 2008. Que quede claro: No culpo a la señora Trump de esto. Es neófita en la política. Sin embargo, su marido y su equipo debieron haber sido especialmente cuidadosos después de que el New York Times publicara hace poco una nota sobre el plagio del Trump Institute.

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El espectáculo comenzó con un momento de caos, protagonizado por delegados anti-Trump. Luego, para hablar sobre seguridad, escuchamos las voces de héroes tales como uno de los tipos de "Duck Dynasty", un actor de "Happy Days" y otro de una telenovela que no conozco.

Era tan malo que el propio Trump tuvo que contraprogramar su propia convención, llamando al show de Bill O'Reilly en Fox para distraer a sus votantes de ese desastre.

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Hubo, desde luego, discursos de republicanos que realmente saben algo acerca de la seguridad, como las palabras del exalcalde de Nueva York Rudy Giuliani, el veterano del ejército y senador de Arkansas Tom Cotton, y el presidente de la Comisión legislativa de Seguridad Nacional, Mike McCaul, pero en medio de todas las celebridades de tercera, sus intervenciones se olvidaron inmediatamente.

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Hubo discursos emotivos de los héroes y las familias de los caídos, lo que el exdirector de campaña de McCain, Steve Schmidt, denominó "la militarización del dolor."

El verdadero tema de la noche no fue la seguridad, fue la ira. Amigos, este es un partido muy cabreado, dominado por el enojo. Y quieren que lo sepas. Están enojados por la inmigración, por el terrorismo, por Black Lives Matter. Enojados por esos malditos niños que pisan su césped.

Este festival de la ira casi fue rescatado por Melania Trump. La encantadora y realizada cónyuge de The Donald no habla con frecuencia, pero trajo una tranquila gentileza a una noche que de otra forma hubiera sido divisiva y desagradable. Incluso logró lo imposible: que su locuaz marido sólo pronunciara una frase introductoria después de entrar al escenario con la parafernalia de un luchador de la WWE. Pero su hercúleo esfuerzo fue aplastado en cuestión de horas, cuando los avezados observadores descubrieron que un pasaje de su discurso fue aparentemente un plagio a la señora Obama.

Dejando a un lado esa polémica, ¿habría atraído su discurso el apoyo de los votantes? Lo dudo. Sospecho que incluso el encanto de la señora Trump no será rival para el expediente misógino de su marido. Melania no puede conjurar las cosas odiosas que su marido ha dicho acerca de otras mujeres.

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Tampoco puede ella borrar el historial anti-mujer del compañero de fórmula de Trump. Mike Pence estaba dispuesto a paralizar a todo el gobierno federal con tal de retirarle fondos al programa Planned Parenthood (de Planificación de la Familia); firmó una ley que exigía funerales para los fetos; y luego ganó dudosa fama por firmar una ley anti-LGBT en Indiana.

No creo que la elección se decida por la forma en que Trump trata a la muy impresionante mujer con la que se casó, sino por cómo tratará a las otras 157 millones de mujeres en Estados Unidos. Barack Obama se llevó los votos de las mujeres estadounidenses en 2008 y 2012. Es difícil imaginar que cualquiera de ellas prefiera a Trump después de esa noche de ira.

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