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OPINIÓN: El patriotismo de los demócratas en contra de Trump

Los oradores de la convención demócrata han mostrado una visión de unidad y confianza frente al discurso de pérdida y división del republicano.
jue 28 julio 2016 01:59 PM
La lucha contra Trump
La lucha contra Trump En la Convención Demócrata, el presidente Barack Obama dijo que EU no necesita de un "autoproclamado salvador" y que solo Hillary Clinton está preparada para sucederlo en la Casa Blanca.

Nota del editor: Eric Liu es fundador de Citizen University y director ejecutivo del Aspen Institute Citizenship & American Identity Program. Sus libros incluyen A Chinaman's Chance y The Gardens of Democracy. Fue escritor de discursos y asesor de políticas de la Casa Blanca para el presidente Bill Clinton. Síguelo en Twitter: @ericpliu . Las opiniones expresadas en el artículo son responsabilidad del autor.

El día en que Donald Trump hizo noticia al invitar abiertamente a Rusia a intervenir en la elección presidencial, los demócratas en Filadelfia recordaron a Estados Unidos lo que es el verdadero patriotismo.

Durante meses, Trump el eslogan de “Hacer grande a Estados Unidos otra vez” ha sido no solo el corazón de su campaña , sino también el reflejo del orgullo herido de sus seguidores: en el circuito industrial de noreste de Estados Unidos, en los Apalaches, y entre los hombres blancos sin títulos educativos que se sienten “estafados” por el mundo.

Lee: Los momentos clave en torno al discurso de Donald Trump en la Convención Republicana

La imagen de patriotismo de Trump se basa sorprendentemente, incluso chocantemente, en el deterioro y la pérdida. No toca ninguno de los acordes místicos de la memoria que Lincoln tocó y que Reagan hizo sonar de nuevo. No evoca los ideales fundamentales de la nación. Es solo una visión de Estados Unidos-visto-por-Trump, una promesa de que si un estafador sin vergüenza puede convertirse en una celebridad pudiente, entonces seguramente Estados Unidos aún tiene una oportunidad.

Los oradores del miércoles por la noche en la convención del partido demócrata ofrecieron una historia diferente sobre el patriotismo. Comenzaron con Gabby Giffords y Mark Kelly, quienes han servido a su país en el gobierno y en el ejército, y que, como ciudadanos, ahora están luchando por reducir la violencia armada que casi arrebató la vida a Giffords.

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Continuó con el vicepresidente Joe Biden, quien reavivó un espíritu de orgullo de la clase trabajadora en Estados Unidos basado no en el miedo, en el resentimiento o en una sensación de decadencia, sino en la resiliencia y en la tenacidad. Biden hizo lo que ningún otro orador había hecho hasta ese punto: Habló con ira. No solo estaba ofendido o indignado por las palabras y los hechos de Trump. Estaba enfadado de que esta persona fraudulenta, y posiblemente incluso traidora, se atreviera a reclamar la lealtad de la clase media.

La narrativa sobre el verdadero patriotismo continuó con el exalcalde de Nueva York, Mike Bloomberg, alguna vez un demócrata y luego republicano y ahora independiente, que dio la mejor línea de la noche: "Soy un neoyorquino que reconoce una estafa cuando la ve". El discurso de Bloomberg, devastadoramente efectivo, fue explícitamente acerca de poner el país por encima de los partidos.

Continuó con el espíritu de humildad y el mensaje de servicio por encima de uno mismo del seleccionado para la vicepresidencia, Tim Kaine. Su orgullo por su hijo, un infante de Marina que acaba de ser desplegado en Europa, era palpable. Así como su cursilería general, que fungió como una confianza ferviente y ausente de cinismo en su país.

Lee: Tim Kaine acepta la candidatura a la vicepresidencia del Partido Demócrata

Pero en última instancia, el espíritu del verdadero patriotismo fue mejor expresado, como lo fue hace 12 años en esa misma convención, por Barack Obama. “Lleno de fe” en Estados Unidos es la forma en que se describió a sí mismo. Contrastó esa creencia en el ingenio y la decencia de Estados Unidos contra el temor y el pesimismo de suma cero del que se alimenta Trump. Contrastó el “nosotros” de “Nosotros somos el pueblo” con el “yo solo” de Trump. Citó a Teddy Roosevelt. Y pintó a Hillary Clinton en esos colores de patriotismo bien entendido.

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Hace más de un siglo, un senador de Missouri llegó a la prominencia nacional en un momento de superioridad nacionalista y miedo. Su nombre era Carl Schurz. Era un inmigrante alemán. Había sido general en el ejército de la Unión durante la Guerra Civil. Cuando los demagogos corearon: “Mi país, bien o mal”, Schurz respondió con un giro profundo. El verdadero patriotismo, dijo, significa: “Mi país: cuando está bien, para mantenerlo bien; cuando está mal, para corregirlo”.

Estados Unidos prospera cuando los ciudadanos de ambos partidos piensan y actúan de esa manera. La noche del miércoles, los estadounidenses que resultan ser demócratas nos recordaron una vez más cómo hacerlo.

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