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OPINIÓN: 2017, un año con tasas más altas, peso más débil y menos crecimiento

La economía mexicana necesitará ajustarse al nuevo entorno de mayores tasas de interés en Estados Unidos y a menores flujos a mercados emergentes y mayor proteccionismo.
lun 19 diciembre 2016 09:30 AM
Ajustes
Ajustes El mercado ya comenzó a adaptarse a un escenario con alzas de tasas a lo largo de toda la curva de rendimiento, no solo de EU sino de todo el mundo. (Foto: cogal/Getty Images/iStockphoto)

Nota del editor: Guillermo Aboumrad es Doctor en Economía por la Universidad de Duke, y tiene una larga carrera en el sistema financiero, habiendo empezado en el Banco de México. Las opiniones en esta columna pertenecen exclusivamente al autor.

(Expansión) — Las perspectivas para la economía mexicana en 2017 no son nada halagadoras: Banxico tendrá que subir tasas por encima de la Fed, el peso se debilitará y la economía crecerá menos.

El déficit de la cuenta corriente, que representa el exceso de gasto agregado de la economía sobre lo que produce, ha mantenido una tendencia al alza en los últimos años alentada por el crecimiento del consumo privado por encima del PIB, y las políticas de Donald Trump amenazan con agudizar dicha tendencia. Por su parte, las fuentes de financiamiento del déficit de cuenta corriente podrían limitarse aún más.

La economía mexicana necesita ajustarse al nuevo entorno de mayores tasas de interés en Estados Unidos y, por consiguiente, a menores flujos a mercados emergentes y mayor proteccionismo que estaría limitando los flujos de inversión extranjera directa. En un escenario conservador, el crecimiento económico en 2017 podría quedar en 1.5%, el tipo de cambio a fin de año en 22 pesos por dólar y la tasa de corto plazo en 6.75% con una inflación arriba de 4.5%.

Lee: La Fed complicará el panorama para México

Donald Trump llegará a la Casa Blanca representando el voto de protesta a los políticos tradicionales. El electorado mostró su descontento con las ventajas ofrecidas por la globalización que no llegaron, la apertura a la inmigración que resta oportunidades de empleo y, en general, la inequidad en la distribución del ingreso. Este reclamo, el mismo que motivó el brexit y ha brotado en otros lugares del mundo, estaría definiendo su plan económico.

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El contexto en el que ocurre es más preocupante, ya que el comercio internacional está estancado, las políticas monetarias del mundo desarrollado están agotadas, el deterioro de las finanzas públicas en México llegó al límite, la popularidad del presidente es baja y el crecimiento económico se ha estado revisando a la baja mientras la inversión privada está estancada limitando la capacidad de crecimiento de la economía en el mediano plazo.

El plan fiscal de Trump amenaza con terminar las tasas bajas “eternas” de la Fed. El plan considera un aumento del gasto en infraestructura y menores tasas de impuestos a las personas físicas y a las empresas en aras de impulsar el crecimiento económico. Un impulso fiscal de la magnitud propuesta, quitaría presión a la Reserva Federal de mantener por más tiempo una política monetaria acomodaticia por los riesgos inflacionarios de dicho plan.

Lee: El dólar y las tasas, los riesgos para los planes de Trump

La trayectoria de la tasa de referencia de la Fed sería más acelerada y terminaría en un nivel más alto de lo que tenía incorporado el mercado previo a las elecciones presidenciales, y así lo reconoció la Fed recientemente. El mercado ya comenzó a adaptarse a dicho escenario con alzas de tasas a lo largo de toda la curva de rendimiento, no solo de EU sino de todo el mundo, y en 2017 veremos la totalidad del ajuste una vez que se conozcan los detalles y alcances del plan.

La fortaleza del dólar estadounidense y la renegociación del TLCAN presionarán al peso mexicano. Sin duda, las tasas bajas del mundo desarrollado propiciaron flujos a mercados emergentes en búsqueda de rendimiento tanto a instrumentos de renta fija como de renta variable, llevando las valuaciones de las empresas a niveles exagerados. El cambio esperado en la trayectoria de alza de tasas de la Fed estaría revirtiendo estos flujos hacia Estados Unidos, limitando aún más la oferta de flujos de cartera a México.

Lee: La Fed y el TLCAN, los retos para México en 2017, según HR Ratings

De igual manera, un dólar fuerte limita el desempeño de la manufactura estadounidense y, dada la integración con nuestro sector manufacturero, también la industria mexicana sufre. Si a esto añadimos la renegociación del TLCAN, la economía mexicana será receptora de menos flujos de inversión extranjera directa, menores exportaciones a Estados Unidos y posiblemente menores ingresos por remesas. Esto último como consecuencia de las deportaciones de mexicanos indocumentados anunciadas por Trump.

nullEn suma: a partir del movimiento de Banxico de noviembre y el más reciente de este mes, apenas comienza un nuevo ciclo de alza de tasas de interés. Banxico además de seguir a la Fed a partir de diciembre de este año, tendrá que subir por encima de dichos movimientos. En 2017, Banxico estaría lidiando con: 1) la reducción de flujos de cartera a mercados emergentes por el fin de las “eternas” tasas bajas de la Fed; 2) con la descomposición del riesgo país por las menores perspectivas de crecimiento económico, en particular de inversión pública y privada, y por las menores exportaciones consecuencia de la renegociación del TLCAN, y 3) con las mayores presiones inflacionarias provenientes del peso más débil, que también estará buscando su nuevo nivel de equilibrio, el cual será más depreciado que el nivel actual.

Consulta más información sobre este y otros temas en el canal Opinión

El alza desproporcionada de los rendimientos a lo largo de la curva de rendimiento de los bonos M sobre los de bonos del Tesoro de EU, el ajuste a la baja del IPC y de la moneda a partir de la victoria de Trump son un reflejo de los retos mencionados.

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