OPINIÓN: Estado de México, Nayarit y Guerrero, los focos rojos a atender en 2017
Nota del editor: Francisco Rivas es Director General del Observatorio Nacional Ciudadano, especialista en seguridad, autor de investigaciones y artículos en materia de seguridad, justicia y cultura de la legalidad. Las opiniones expresadas en el artículo son responsabilidad del autor.
(Expansión) – Así como el cierre de cada periodo nos debería llevar a una evaluación profunda de los resultados de las políticas implementadas a nivel local y nacional, también el inicio de un nuevo periodo permite realizar un ejercicio de prospectiva con base en información especializada, sobre los retos que las autoridades deberán enfrentar, con el fin de anticipar y prevenir los embates de la criminalidad.
En materia de seguridad y justicia, esta acción debería ser la clave que nos lleve a enfrentar el comportamiento de la delincuencia en el país, así como supenetración en la vida social, la percepción de inseguridad, el acceso a la justicia y la reparación del daño, así como la construcción de un marco social donde la ley impere.
Sin embargo, los resultados evidencian que la retórica de inteligencia y colaboración, presumida por las autoridades, no va más allá del discurso que el gobierno responde a los problemas como van surgiendo, y donde pocos asumen la responsabilidad que les toca.
Este año cierra con graves problemas en homicidio doloso, de hartazgo y violencia social, carencia de autoridades locales capaces de combatir los fenómenos de delincuencia local y de un sistema de justicia adversarial que supone un reto para autoridades mal capacitadas, mal equipadas y mal dispuestas.
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Ante autoridades que minimizan la realidad que vivimos, difícilmente el 2017 presentará un panorama diferente al año en curso. El deficiente control del territorio seguirá siendo el principal problema, debido a la carencia de corresponsabilidad entre autoridades y, a la inexistencia de una estrategia de largo aliento alrededor del combate a la delincuencia organizada.
Por lo tanto, si se mantiene la actual tasa de crecimiento del homicidio –tomando como base la información oficial de enero a septiembre de 2016-, se proyecta que este año terminará con una tasa anual de 18 homicidios dolosos por cada 100,000 habitantes, que corresponde a 22,300 víctimas, y tal como parece, la estrategia anunciada por el presidente Peña Nieto para combatirlos carecerá de elementos diferentes a los implementados.
nullDesde esta perspectiva, el homicidio en 2017 se mantendrá en tasas similares a 2016 debido a la confrontación entre cárteles y al aumento de la violencia en la comisión de delitos comunes.
Asimismo, en 2017 se verá una clara descomposición en el Estado de México , en un contexto donde el gobierno estatal minimizará el nivel de la crisis, la oposición la usará como bandera política y los grupos delincuenciales la aprovecharán para continuar cometiendo ilícitos y corrompiendo.
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Probablemente a partir del segundo semestre del año, Nayarit dejará de ser una de las entidades con menores índices delictivos, se hará evidente la carencia institucional de combate a la delincuencia, y los índices actuales serán una fotografía de una entidad con un débil Estado de Derecho.
Las entidades conocidas como éxitos relativos en esta materia, Baja California, Chihuahua, Coahuila y Nuevo León, mostrarán aumentos en homicidios y delitos violentos. Baja California Sur, Colima, Guanajuato, Guerrero, Jalisco, Michoacán, Morelos, Puebla, Sinaloa, Tabasco, Tamaulipas y Veracruz se mantendrán como entidades punteras o crecientes en incidencia delictiva; en la Ciudad de México seguiremos presenciando delitos violentos, aumento en la percepción de inseguridad ante una autoridad que niega o minimiza el fenómeno.
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En contraste, los registros estadísticos agregados a nivel nacional mantendrán el comportamiento de la incidencia a la baja de robos, en particular de aquellos cometidos sin violencia, principalmente debido a que el sistema de justicia penal adversarial permite sistemas alternos de justicia que evitan la apertura de carpetas de investigación en las instituciones de procuración de justicia. Por lo tanto, estadísticamente veremos menos robos debido a que habrá menos registros.
Muy probablemente continuaremos viendo linchamientos, homicidios, torturas, apostrofados como "justicia por propia mano", acciones más o menos justificadas de respuestas ante la impunidad y la violencia, en parte promovidas por los medios de comunicación que hacen alusión a estas personas como"héroes ciudadanos", sin reparar en sus implicaciones en cuanto al deterioro del tejido social. Es pronto para identificar cuánto podrán hacer los gobiernos entrantes en 2016 con miras a los resultados para 2017.
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Cada inicio de ciclo es una oportunidad para hacer mejor las cosas y lograr lo que no se pudo previamente. Invito a las autoridades federales y locales, poder legislativo y judicial a trabajar por un país de derechos donde exista un cabal cumplimiento de la ley.
Como mexicano anhelo que todos en este 2017 entendamos que el que transa se friega al país y que sin país no nos queda nada. Desde el Observatorio Nacional Ciudadanos trabajaremos por un 2017 con políticas eficaces de seguridad, instituciones sólidas, servidores públicos íntegros y mejores condiciones para las víctimas de los delitos, en espera de que estas últimas sean cada vez menos.
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