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OPINIÓN: Acabar con la discriminación laboral a las personas LGBTI

Es necesario darnos cuenta de que la igualdad en el centro de trabajo es un imperativo tanto moral y legal como económico.
lun 19 junio 2017 11:03 AM
Beneficios
Beneficios La inclusión también generaría ganancias para las y los empleadores. (Foto: Gajus/Getty Images/iStockphoto)

Nota del editor: Alexandra Haas Paciuc es presidenta del Consejo Nacional para Prevenir la Discriminación. Las opiniones expresadas en esta columna son exclusivas de su autora.

(Expansión) — Las personas lesbianas, gay, bisexuales, trans e intersexuales (LGBTI) enfrentan en México una discriminación estructural. Además de actitudes de rechazo, este sector encuentra obstáculos generalizados, reiterados e históricos en el ejercicio de sus derechos humanos. El mercado del trabajo es uno de muchos ámbitos donde este patrón se reproduce. La discriminación laboral por orientación sexual, identidad y expresión de género o características sexuales es una práctica cotidiana que debe erradicarse.

Aunque no hay cifras nacionales, algunos indicadores nos permiten dimensionar este problema. Según un estudio reciente, la mitad de las personas LGBTI manifiestan haber vivido situaciones de acoso, hostigamiento o discriminación en el trabajo al menos una vez. De igual forma, una cuarta parte de las personas LGBTI en quince empresas incluyentes todavía se siente poco o nada en confianza para hablar sobre su vida personal.

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En México se observan prácticas discriminatorias en todos los niveles—contratación, ascenso, prestaciones y permanencia—, con consecuencias graves para el crecimiento de las personas y del Estado. Para las personas LGBTI, la exclusión sistemática en el empleo, que usualmente convive con la marginación en otros ámbitos, niega el acceso a una vida digna. Por ello, en Conapred estamos convencidos que erradicar la discriminación puede tener un impacto positivo en los planes de vida de millones de personas.

La inclusión también generaría ganancias para las y los empleadores. Primero, quienes trabajan en lugares incluyentes rinden más: pasan menos tiempo preocupados por la discriminación, muestran más compromiso y menos complicaciones de salud o ausentismo. Segundo, las políticas incluyentes mejoran la imagen corporativa, pues el público valora los negocios que no marginan a la diversidad sexual y de género. Y tercero, las estrategias de prevención evitan gastos innecesarios, puesto que las reparaciones por actos de discriminación tienden a ser costosas. Ser incluyente permite aprovechar mejor el capital humano, aumentar la productividad y reducir costos legales.

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Finalmente, la sociedad se beneficia de que todas y todos participemos en el mercado de trabajo. Reducir las disparidades en el empleo daría a las personas LGBTI acceso a una mejor calidad de vida. A su vez, resultaría en un aumento del poder adquisitivo y la productividad nacional: mientras que el Banco Mundial estima que la homofobia cuesta 1.3% del PIB de India, analistas de ONUSIDA sugieren que el costo en México es de 0.12% del PNB. El impulsar el crecimiento y reducir la desigualdad de oportunidades aumentaría el bienestar, reduciría el resentimiento y el encono, y nos acercaría más a una sociedad armónica y cohesionada.

Desde Conapred, nuestra principal herramienta para impulsar la igualdad en el empleo es la Norma Mexicana en Igualdad Laboral y No Discriminación. Este instrumento, que coordinamos con el Inmujeres y la Secretaría del Trabajo, reconoce a empresas, organizaciones de la sociedad civil e instituciones de los tres poderes y órdenes de gobierno que cuenten con prácticas incluyentes y sin sesgos discriminatorios.

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Las docenas de centros laborales certificadas hasta hoy han adoptado medidas para incorporar una perspectiva de género en los procesos de reclutamiento, selección, movilidad y capacitación. Asimismo, han avanzado en la garantía de igualdad salarial, la prevención y atención a la violencia laboral, así como la corresponsabilidad entre la vida laboral, familiar y personal de trabajadoras y trabajadores.

Es necesario darnos cuenta de que la igualdad es un imperativo tanto moral y legal como económico. Ya es hora de erradicar en nuestro país las barreras que, desde las estructuras de la sociedad, excluyen a un gran porcentaje de la población de derechos básicos como el empleo. En el camino al desarrollo de México, la inclusión de las personas LGBTI, así como de cualquier otro grupo históricamente discriminado, ya no puede esperar.

Consulta más información sobre este y otros temas en el canal Opinión

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