OPINIÓN: ¿Cuál es el verdadero Jared Kushner?
Nota del editor: Errol Louis es conductor de Inside City Hall, un programa político del canal de noticias neoyorquino NY1. Las opiniones expresadas en esta columna son exclusivas de su autor.
(CNN) — Que el verdadero Jared Kushner haga el favor de ponerse de pie.
La Casa Blanca nos pide que creamos que Kushner, el yerno de Trump, es capaz de encargarse de una agenda sorprendentemente amplia de asuntos internos e internacionales de máxima importancia, tales como negociar la paz en Medio Oriente, abordar la crisis de la adicción a los opiáceos, viajar a Iraq con los generales estadounidenses , organizar una cena oficial para el líder de China y hacer lo necesario para llevar la innovación y la eficiencia del sector privado a las operaciones gubernamentales.
Sin embargo, según su propia declaración ante el Congreso estadounidense , Kushner es tan ingenuo, inexperto y desorganizado que no sabía nada de la sustancia, del fin ni de los demás asistentes a reuniones clave con altos funcionarios rusos a las que asistió durante la campaña presidencial de 2016 y durante la transición… reuniones que Kushner omitió revelar una y otra vez a pesar de que estaba obligado a hacerlo por ley.
Estos escenarios (Kushner, el confiable solucionador de problemas de la Casa Blanca, y Kushner, el novato torpe y abrumado) están en conflicto directo. No pueden ser ciertos ambos.
Si Kushner está abrumado por los correos electrónicos y no pone atención a detalles como recordar el nombre del embajador de Rusia en Estados Unidos después de haberse reunido con él, entonces no debería encargarse de tantas iniciativas gubernamentales clave. Y si de verdad tiene la capacidad casi sobrehumana de encargarse de tantos proyectos, entonces su relato sobre la reunión de junio de 2016 en la torre Trump, a la que lo invitaron en un correo electrónico cuyo título es: "Clinton – Rusia – privado y confidencial", desafía a la lógica.
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Kushner habla de esa infausta reunión en una declaración ante el Congreso estadounidense: "No recuerdo ni había leído este intercambio de correos electrónicos hasta que mis abogados me los mostraron mientras revisaban los documentos que había que presentar a las comisiones. En ninguna parte de la reunión a la que asistí se dijo nada sobre la campaña; hasta donde sé, no se hizo seguimiento de la reunión; no recuerdo cuántas personas asistieron (ni su nombre), y hasta donde sé, no se ofrecieron ni se aceptaron documentos".
Ahora sabemos que el propósito manifiesto de la reunión (según se lee en el correo electrónico que Kushner afirma que no leyó) era "proporcionar a la campaña de Trump documentos oficiales e información incriminatoria sobre Hillary y sus tratos con Rusia… Esta es, evidentemente, información de alto nivel y muy delicada, pero es parte de Rusia y del respaldo de su gobierno al sr. Trump".
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Kushner dice que a 10 minutos de que comenzara la reunión, escuchó que se hablaba sobre la adopción de niños rusos, pensó que la reunión era una pérdida de tiempo, inventó una razón para retirarse antes y no le dio seguimiento. En todo caso, no parece la conducta de un funcionario preparado para lidiar con las sutilezas de la diplomacia en Medio Oriente ni de la crisis de los opiáceos. También se debilita enormemente la afirmación de Kushner, impresa en negritas en su declaración ante el Congreso: "No me coludí ni conozco a alguien de la campaña que se haya coludido con ningún gobierno extranjero".
nullDe todas formas, ¿cómo podría saberlo? Parece que el hombre apenas le pone atención a lo que pasa a su alrededor.
Los miembros del Congreso deberían asegurarse de preguntarle a Kushner qué medidas ha tomado, si es que lo ha hecho, para determinar qué estaba pasando en realidad en la reunión de junio de 2016. También deberían preguntarle si ahora se da cuenta de que cuando los agentes y los funcionarios rusos hablan sobre la adopción de niños rusos, en realidad están hablando del levantamiento de las sanciones que Estados Unidos impuso en respuesta a los abusos a los derechos humanos en Rusia. Sobre todo, deberían preguntarle a Kushner si es posible, en retrospectiva, que los agentes rusos estuvieran tratando de aprovecharse de su falta de atención a los detalles para compartir información perjudicial sobre Clinton, crear argumentos para el levantamiento de las sanciones o para alcanzar algún otro de sus objetivos.
Si da respuestas veraces, tendremos una idea más clara de a cuál Jared Kushner le confió tanto poder Donald Trump.
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