OPINIÓN: Los tuits de Trump, una demoledora presidencial

Nota del editor: Julian Zelizer es profesor de Historia y Asuntos Públicos en la Universidad de Princeton. Escribió el libro The Fierce Urgency of Now: Lyndon Johnson, Congress, and the Battle for the Great Society. También es conductor del podcast Politics & Polls. Las opiniones expresadas en esta columna son exclusivas de su autor.

(CNN) — Desde el principio de su mandato, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha usado sus tuits como bola de demolición para dividir, insultar y difundir información falsa, lo que ha confundido al país de formas que pueden beneficiar a su gobierno.

Este fin de semana no fue la excepción. Mientras los habitantes de Puerto Rico luchan por sobrevivir a un desastre, Trump envió una avalancha de tuits cargados de odio, invocó estereotipos raciales y fomentó las divisiones en el mundo político.

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Sería un grave error preguntarnos, como la prensa suele hacer, si esta es otra "cortina de humo" para ocultar los graves problemas que hay en el despacho oval, un esfuerzo por desviar la atención de los problemas más graves del presidente, como el colapso de la propuesta de ley de atención médica o las tensiones crecientes con Corea del Norte. Sin embargo, los tuits presidenciales son algo serio y habría que considerarlos actos políticos de primer grado. Desde la fundación de la República, y más aún en la era de la radio, la televisión e internet, la retórica presidencial ha sido una de las herramientas más poderosas que el comandante en jefe tiene a su disposición.

Esta posición, que Trump aprovecha para atacar, le permite enfrentar o unificar a los grupos sociales, proporcionarles información crítica en momentos difíciles o difundir información falsa que vicia la conversación pública, y ayudar a sus aliados o deslegitimar a sus oponentes.

En otras palabras, la retórica presidencial, incluidos los tuits, son increíblemente importantes; cada misiva de 140 caracteres debería tratarse como una maniobra política deliberada.

¿Qué ha hecho Donald Trump con su poder de tuitear? El uso más importante de este medio ha sido fomentar las divisiones sociales y políticas, agravar tensiones culturales profundamente arraigadas en la psique nacional. Lo hemos visto en varios momentos de esta presidencia e incluso hace poco, en su tibia reacción a los manifestantes racistas blancos de Charlottesville o en sus ataques contra los deportistas afroestadounidenses que protestan contra la injusticia racial arrodillándose cuando tocan el himno nacional en los partidos. Estos no son "silbatos para perros", sino megáfonos que Trump usa para que su mensaje suene fuerte y claro. En su tuit más reciente sobre los puertorriqueños, da la impresión de que se siente cómodo usando sus palabras para reforzar estereotipos sociales obvios —tales como que son perezosos o "que tienen aires de grandeza"— que causan mucho daño.

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Donald Trump también ha usado su poder en Twitter para difundir información falsa que influye profundamente en el diálogo nacional. Entiende que en el entorno mediático, activo las 24 horas, es casi imposible que los reporteros ignoren lo que dice y una vez que empiezan a hablar de su más reciente intento de sorprender y asombrar, es difícil que paren.

Como resultado de varios de sus tuits, hemos tenido diálogos nacionales (y una comisión oficial) sobre un fraude electoral masivo, a pesar de que no hay pruebas de ello. También hemos debatido si Barack Obama intervino las comunicaciones de Donald Trump durante la campaña de 2016, acusación que el FBI rechazó.

Además, durante el debate de la ley de atención médica, Trump hizo constantes afirmaciones engañosas sobre la propuesta de ley, tales como la promesa de que el gasto en Medicaid aumentaría con este proyecto. Más tarde, atribuyó el fracaso de la propuesta a la obstrucción a pesar de que se estaba estudiando según las reglas de la reconciliación, que solo exigen el voto de la mayoría… cosa que los republicanos simplemente no pudieron conseguir.

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Trump también ha usado los tuits como mazo para golpear a sus oponentes. Esta clase de tuits han oscilado entre la desacreditación de la prensa por sus "noticias falsas" y los ataques contra sus colegas republicanos en el Congreso, a quienes acusa de incompetentes.

En el tema de la política exterior, hemos visto algunos de los efectos más peligrosos de sus tuits: su guerra de palabras con Corea del Norte se agrava y ha aumentado la posibilidad de un conflicto militar grave en el futuro cercano. Justo cuando se dio a conocer la noticia de que el gobierno estadounidense está intentando encontrar una solución diplomática a la crisis en Corea del Norte, Trump tuiteó: "Le dije a Rex Tillerson, nuestro maravilloso secretario de Estado, que está perdiendo el tiempo tratando de negociar con el hombrecito de los cohetes…".

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Cuando Trump tuitea, el mundo escucha; la gente presta atención a un hombre que tiene un poder y una autoridad tremendos. No se confundan: las palabras que un presidente elige pueden ser tan importantes como la política pública. Esas palabras pueden tener consecuencias políticas y estratégicas a largo plazo.

Nunca habíamos visto un ataque verbal tan intenso como el que hemos visto desde enero. Cuando los historiadores estudien esta presidencia, el perfil de Trump en Twitter será lo primero que examinen, como si fuera una radiografía del alma inquietante y la estrategia de este presidente.

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