OPINIÓN: ¿Cuánto pudieron haberse ahorrado los constructores a costa de vidas?
Nota del editor: Francisco González Ortega es director general del Laboratorio de Revisión de Obras de la Contraloría General del Gobierno de la Ciudad de México. Las opiniones expresadas en esta columna son exclusivas de su autor.
(Expansión) — Desde el 19 de septiembre pasado, luego del sismo de magnitud 7.1 que provocó el colapso de varios edificios, así como daño estructural a otros, un equipo de 160 ingenieros y arquitectos funcionarios de la Contraloría General del Gobierno de la Ciudad de México salió a campo a evaluar inmuebles (edificios públicos y privados, así como casas) en apoyo al Instituto de Seguridad en las Construcciones. Hasta el 12 de octubre se habían revisado más de 2,000 construcciones.
Aún estamos en proceso de sentarnos y analizar a fondo los aprendizajes. Sin embargo, una conjetura a casi un mes del sismo es que muchas columnas no tenían las dimensiones suficientes ni estaban colocadas donde deberían estar, de tal manera que garantizaran la seguridad y la estabilidad estructural del inmueble, en algunas se observa que presentaron falta de acero de refuerzo transversal (estribos) capaces de soportar el esfuerzo cortante máximo que se presenta en las conexiones trabe-columna.
Asimismo se observaron deficiencias de construcción, como la utilización de (Armex) en castillos de concreto, losas de compresión de 3 cm, armadas con malla electrosoldada, acero sin el traslape correcto, sin amarres, losas y trabes sin escuadras ni anclajes, sistemas de piso sin nervaduras, o con nervaduras sin acero de refuerzo, etc.
Hemos visto edificios que se construyeron con el reglamento de hace 30 o 35 años, no con el actual. Ahí los propietarios ni los inquilinos previeron la importancia de realizar una reestructuración alineada con la normatividad actual, ya que la separación de estribos no era la que marca la nueva normatividad y el acero de refuerzo era alambrón en lugar de varilla de 3/8, definitivamente no tuvo la cantidad suficiente de acero.
Cabe mencionar que en la actualidad el concreto debe ser estructural, fabricado en planta y con el agregado mínimo de tres cuartos con el modulo de elasticidad establecido en la normas técnicas complementarias para estructuras de concreto.
OPINIÓN: ¿Quién debe pagar por los daños en los edificios de la CDMX?
Y ahora mismo no sabemos cuántos edificios más estén en esas circunstancias, que hayan resistido al sismo, pero que tendrían que reforzar sus columnas para estar acorde a la reglamentación actual y, sobre todo, brindar condiciones de seguridad.
Con otro 25% de acero en estructuras, los edificios pudieron haber evitado el colapso. ¿Cuánto pudieron haberse ahorrado los constructores a costa de la pérdida de vidas y la inversión completa?
nullAhora, deberíamos exigir que exista una sola dependencia encargada de dar permisos y supervisar las obras. En México son tantas instancias que cuando algo sale mal se echan la bolita. Muchas construcciones ni siquiera están apegadas a la memoria de cálculo estructural.
Lee: Los errores cometidos en el único edificio nuevo derrumbado
Además, debemos exigir a los DRO y corresponsables en seguridad estructural que estén en obra y que cuando firmen es porque ya verificaron que las secciones, columnas, trabes y losas están colocadas conforme al proyecto estructural y la memoria de cálculo; que la losa está armada con la cantidad de acero establecida en la norma y los muros tienen los castillos necesarios.
Algo muy importante es que la cantidad de acero esté balanceada. Hay que recordar que el concreto resiste la compresión y el acero la flexión (esto es lo que hace que una estructura resista los dos esfuerzos), además de no solo considerar la carga axial y la carga accidental (sísmica) en el cálculo, sino la combinación de ambas.
Verificar y revisar que los factores de carga empleados en el diseño estructural sean los establecidos en la norma, pero sobre todo ser acordes con una filosofía moderna de diseño, columna fuerte, trabe débil.
OPINIÓN: Las etapas de la reconstrucción
Hay que exhortar a los involucrados a cambiar lo que tengamos que cambiar, con amplitud de criterio, con generosidad, con el ánimo suficiente y la convicción de que es importante garantizar la vida de nuestros conciudadanos, poner reglas estrictas y claras, los conocimientos y la experiencia los tenemos. Para cuidar la vida nuestra propia vida, la cual no tiene precio, aceptemos que nos hemos equivocado, y tengamos la suficiente inteligencia, que la ciudadanía sepa y valore cuán importante es la ingeniería. Pongamos la ingeniería al servicio de los ciudadanos.
Consulta más información sobre este y otros temas en el canal Opinión