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Espionaje entre escuderías, los hackeos detrás de la Fórmula 1

Aproximadamente 85% de los hackeos detectados durante esta competencia de automovilismo proviene de otras escuderías que tratan de obtener ventaja y mayores ganancias.
vie 14 octubre 2016 07:18 AM
La realización de la Fórmula 1 en la Ciudad de México permitirá la creación de 18,000 empleos directos e indirectos. (Foto: Reuters)
Todo es cuestión de dinero Las escuderías hackean a sus competidores para poder avanzar en la tabla y sumar más millones a sus bolsillos.

Nada se compara con ser el ganador; sin embargo, en una carrera de Fórmula 1, cruzar la meta en segundo o tercer sitio representa además una diferencia de mínimo tres millones de dólares, los cuales, bien valen el esfuerzo por intentar hackear los sistemas del contrincante.

A partir del incremento en el número de sensores y del nivel de conectividad tanto de los coches como de los autódromos , las carreras de Fórmula 1 se convirtieron en un blanco atractivo para los hackeos y el ciberespionaje, aunque contrario a otras disciplinas, aquí los ciberatacantes no son externos sino escuderías rivales en busca de secretos estratégicos.

“Lo que se está dando en esta disciplina es el ciberespionaje entre escuderías, a los del garage de al lado les interesa saber cuál es tu estrategia. Un 85% de los ciberataques a este tipo de infraestructura viene de dentro del mismo mundo de las escuderías”, explicó Daniel Molina, director general para mercados estratégicos de América Latina de Kaspersky Lab en entrevista con Expansión.

En 2012, previo al Gran Premio de Bahrein se registraron diversos ataques dirigidos a escuderías y al mismo autódromo por parte del grupo de hackers Anonymous, pues el país se encontraba en medio de una crisis de derechos humanos. Aunque la carrera se llevó a cabo, se levantaron preocupaciones alrededor del tema.

Dicho ataque se suma a los hackeos dirigidos a sistemas de autos conectados en 2015, Charlie Miller y Chris Valaseck, un par de hackers profesionales, demostraron que era posible controlar un auto desde lejos. En ese caso, una camioneta Jeep Cherokee; Molina advierte que desde dicho incidente, la industria automotriz tomó mayor conciencia de la necesidad de proteger sus sistemas automotrices, aunque entre escuderías, el hecho de que un hackeo represente al menos, tres o cuatro millones de dólares, el riesgo se vuelve mayor.

“Hoy en día es posible tomar control de un auto de Fórmula 1 y alterar no solo la velocidad pero si sirven o no los frenos”, dijo.

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Ante el crecimiento de esta tendencia, Kaspersky Lab abrió este año una nueva unidad de negocio enfocada a trabajar con las automotrices, y en específico en Fórmula 1 con Ferrari, con quienes de acuerdo con Molina, desarrollan la tecnología para autenticar, verificar y cifrar los 130 sensores con los que funciona un auto de este tipo, además de su conectividad con otros objetos.

La consultora PWC, en su reporte sobre las oportunidades y riesgos de la industria automotriz conectada 2016, detalla que “ahora que existe una gran cantidad de datos personales fluyendo entre los sistemas de los autos y la nube a aplicaciones y dispositivos, incluso, del usuario final, los cibercriminales, podrían usar los coches incluso solo como puente para ingresar a infraestructura de IT de los manufactureros de autos, marcas y proveedores”.

PWC asegura que se deben incrementar los estándares de ciberseguridad en autos desde las fábricas.

Otras firmas de ciberseguridad como Acronis se aliaron con la escudería de Red Bull, Toro Rosso, para analizar y proteger sus datos, sensores y otra infraestructura durante las carreras.

Actualmente, del total del presupuesto de las escuderías, en promedio se invierte 5% en la protección cibernética de sensores y telemetría, según datos de Kaspersky.

¿Por qué un Fórmula 1 es vulnerable?

Molina detalla que, además de que para las escuderías es necesario proteger el funcionamiento y seguridad de los más de 100 sensores de cada uno de los sus autos, el riesgo se incrementa por la cantidad de conexiones que tiene uno de estos coches con el resto de la infraestructura del autódromo.

El experto advierte que, aunque la industria comienza a darle más peso a la seguridad de datos, la conciencia aún es limitada.

“La comprensión de la importancia es casi cero. Uno no se da cuenta pero los datos hoy en día son un punto de acceso inalámbrico, estás poniendo conectividad por al red celular para compartir datos en el auto y necesitas una protección entre ese acceso a internet y los sistemas de tu auto”, dijo Molina.

Además, en la protección, también se contemplan las conexiones que mantienen los autos con las estaciones de ingenieros, de cada escudería, en pits.

A pesar de lo vulnerable que luce el tener todos los ambientes conectados en una carrera de este tipo, no se cuenta con estándares internacionales para proteger la ciberseguridad en los autódromos, si no que, cada escudería se debe responsabilizar de proteger su información y datos.

Más allá del terreno del autódromo, se deben asegurar también los datos que figuran en la comunicación con los equipos centrales de cada escudería, el de Ferrari por ejemplo se enlaza desde Maranello en Italia, para los entrenamientos y las pruebas en los 22 circuitos que existen en el mundo.

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