El brazo fuerte de Novartis México
La carrera de Ana Claudia Longoria se puede comparar con uno de los maratones y triatlones en los que ha participado a lo largo de su vida. En cada etapa ha ido sumando kilómetros y medallas hasta llegar a su marca actual, como gerente general y Country President de Novartis México.
La ejecutiva poblana, de 43 años, lidera la división Pharma, la más grande de las cuatro en las que se divide la farmacéutica suiza. A nivel global, esta unidad, que es responsable de la cartera de productos que requieren receta médica, representó 42% de las ventas globales de Novartis el año pasado, señala. Las otras áreas son Alcon (cuidado visual), Sandoz (medicamentos genéricos) y Oncología.
Como presidenta, Longoria lidera el comité integrado por los jefes de cada división en México. Además de ser miembro del consejo de administración, representa a la compañía ante autoridades y organismos empresariales.
Su historia en Novartis, una de las primeras cuatro farmacéuticas del país, comenzó en 2003, como parte de las prácticas de la maestría en Administración de Negocios (MBA) que cursó en la ESADE Business School, en Barcelona. Tras ese periodo, en el que se desempeñó como asistente de Mercadotecnia, fue contratada en 2005 y entró a un programa de rotación de talento, como asistente estratégica de directores generales y representante de ventas.
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Para entonces, ya estaba enamorada del sector. “Pude ver cómo se trabajaba con los médicos, entender sus desafíos y las oportunidades que teníamos con ellos”, cuenta. Esta experiencia le sirvió cuando, en 2007, formó parte del equipo del área de Diabetes que lanzó, con éxito, en el mercado español un nuevo producto que mejoraba la salud de los pacientes.
Los buenos resultados provocaron que la empresa le ofreciera lanzarlo también en Australia, donde estuvo cinco meses. A su regreso, fue nombrada gerente de ventas de Neuropsiquiatría, una unidad de negocio pequeña, pero que le permitió gestionar su propio equipo.
En este tiempo, Longoria participó en programas de liderazgo y de desarrollo de talento, donde tejió las redes necesarias para ser designada, en 2013, asistente estratégica del director mundial de Pharma, David Epstein, en Basilea. “Fueron dos años muy enriquecedores. Vi temas distintos a los que había trabajado, desde estratégicos hasta cómo reportamos al mundo exterior. Fui testigo de discusiones a nivel cúpula y cómo se tomaban decisiones estratégicas”, recuerda.
Esta experiencia la preparó para asumir, dos años más tarde, el cargo de gerente general y presidenta en Novartis Chile. Su ritmo constante en la empresa ha sido guiado por dos factores, reconoce: el apoyo que ha encontrado en una compañía con políticas inclusivas para desarrollar el talento femenino y su tenacidad para llegar y mantenerse en los cargos donde se toman las decisiones que impactan en la salud de las personas. “Siempre tuve claro hacia dónde quería ir y lo expresé”, sostiene la ejecutiva.
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Esto incluía el regreso a sus raíces. Así, en octubre de 2017, tomó la riendas de Novartis México, el tercer mercado más importante de la región América Latina y Canadá, resalta la directiva. En seis meses de gestión, Longoria ha lanzado en México los medicamentos Cosentyx, para tratar la psoriasis, y Entresto, contra la insuficiencia cardiaca, que son dos de los productos más rentables para la farmacéutica (con ventas globales por 2,607 millones de dólares en 2017), ha incursionado en nuevas áreas terapéuticas, como el tratamiento de la migraña, y ha promovido el área de Innovación y Transformación.
“Esta franquicia –creada el año pasado por la matriz– nos obliga a tener una mirada en el exterior para conocer e involucrarnos con empresas y start-ups que estén revolucionando la salud en el mundo”, comenta.
La directiva señala entre sus logros, a lo largo de los años, la construcción de equipos de alto desempeño, que tienen un efecto cascada en la organización. Esto caracteriza su liderazgo y su visión de largo plazo, considera Alfonso Casero, jefe de Recursos Humanos de Novartis España. “Ana fue responsable de productos que aún son un referente en nuestro portafolio, pero yo destacaría su capacidad de transmitir entusiasmo en todos los equipos en los que estuvo”.
La visión de negocio de líderes como Longoria ayudaría a las farmacéuticas, donde sólo 17% de los puestos de liderazgo de los 20 principales competidores están ocupados por mujeres, a pasar de un modelo centrado en el producto a uno enfocado en el paciente, dice Cynthia Corral, líder de Disruptive People Solutions de la consultora de recursos humanos Von Der Heide. En Novartis, representan 23% del consejo de administración. “La mujer aporta a la industria una visión más inclusiva, una preocupación genuina por el paciente y esto aumenta la posibilidad de innovar”, asegura la especialista.
Longoria coincide en que el valor de las empresas se incrementa considerablemente cuando incluyen el factor diversidad, por lo que confía en que su visión de negocio y lineamientos claros abonen para que Novartis tenga un papel protagónico en la transformación del sector salud.