¿Qué pasa si la universidad no es lo que esperabas?
CIUDAD DE MÉXICO (Expansión). - La deserción escolar es un problema nacional. La falta de recursos económicos y el poco interés de los estudiantes por la carrera que decidieron cursar pueden llevar a dejar los estudios. En México, solo 21 de cada 100 estudiantes universitarios concluye sus estudios, según datos de la OCDE.
El otro gran causante de la deserción es el de la elección equivocada de una carrera. Un problema que, con el tiempo, se puede traducir en el abandono de los estudios o, si se sigue adelante, en un futuro empleo que no satisfaga las expectativas. “Entonces se van a estar perdiendo de lo más valioso de la vida, que es disfrutar de su verdadera pasión. Despertar con ganas de hacer algo que te gusta y que además te ayuda a vivir”, comenta Silvia Salmones, directora de Choose Right, empresa de orientación vocacional.
Hay varios indicadores de que no se realizó la elección correcta de profesión, explica Karla Loredo Ruedas, orientadora del Instituto Mexicano de Orientación Vocacional. Entre ellos, no poder levantarse por las mañanas a pesar de haber dormido las suficientes horas, lo que indicaría desmotivación; no interesarse por los temas vistos en clase ni indagar más en ellos; comprender que las aptitudes del estudiante no van acorde con los estudios elegidos o tener bajas calificaciones por primera vez en su etapa estudiantil.
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La pregunta para muchos, una vez que empiezan a analizar estos factores y que llegan a la conclusión de que la carrera no es la deseada, es qué paso dar a continuación. Salmones advierte que no se deben suspender los estudios ni hacer una pausa, ya que se puede perder la motivación por cursar una carrera.
“‘Me voy a tomar un año sabático', 'me voy a ir de vacaciones', 'voy a aprender un segundo idioma en lo que aclaro mis ideas’ dicen algunas personas. Y lo único que va a suceder es que el tiempo sigue pasando y después se puede volver que entren a una zona de confort. Eso es lo peor que nos puede pasar, porque truncaron algo y no necesariamente encontraron su verdadera vocación”, explica la especialista.
El siguiente paso es la exploración de nuevas oportunidades. Ahora es más sencillo porque ya se tiene un panorama más claro sobre lo que no nos gusta o de lo que no se poseen las habilidades. Es un nuevo punto de partida para poder elegir carrera de manera correcta, afirman las expertas consultadas.
¿Dejar de estudiar o terminar la carrera?
Loredo comenta que un mes (lo que lleva el curso universitario, que empezó a principios de agosto) no es suficiente para decidir si se quiere seguir con una carrera o no. Apunta que las primeras materias son generales y no se aborda de manera directa el contenido de la preparación profesional. Por eso, ella recomienda esperar al término del primer semestre o del año escolar completo antes de decidir dar el paso de buscar otra opción.
Incluso, si solo faltan tres semestres para acabar la licenciatura, es mejor terminarla y reorientar los gustos con un posgrado o especialidad. De esta manera, no habría dinero o tiempo perdido que no pudiera ser compensado posteriormente con algo que sí haga feliz al estudiante.
En caso de que la opción sea cambiar de carrera, una opción para no perder el tiempo en lo que inicia el siguiente periodo escolar es trabajar o hacer voluntariado en algo relacionado con la segunda carrera que se planea escoger. De esta manera, la persona no pasará por la misma situación dos veces y, además, volverá a la universidad con motivación.
Si una de las dudas para no dejar la carrera a pesar que no sea lo esperado es el tema económico, Salmones advierte que se perderá más a la larga si se continúa por el camino erróneo. En caso de que los padres sean quienes se rehúsen al cambio, una forma de demostrarles que este es necesario es mostrar la realidad sobre el desempeño escolar y cómo este podría mejorar en otro tipo de estudios.
“También un papá puede ayudar a su hijo promoviendo una idea favorecedora con respecto al mundo laboral, evitando darles expectativas que no les corresponden a los hijos, escuchándolos y acompañándolos a investigar las carreras”, agrega Loredo.