¿Nos tomamos un café? Así se acercan los líderes a sus colaboradores

“Se trata de que en una hora, mientras toman café, la gente pueda platicar sus inquietudes laborales, de esta manera los directivos adquieren compromisos para mejorar estancia en la oficina”, explica Ivana Guerrero, socia de negocios de recursos humanos de Allianz Partners.

Guerrero explica que de estas reuniones, en las que se han tocado temas sobre la necesidad de tener más programas de capacitación, el comportamiento de los líderes y hasta la petición de un nuevo horario laboral, los directores de la empresa han adquirido 71 compromisos, de los cuales han cumplido 63. “Antes ni siquiera lográbamos identificar sus necesidades”, menciona.

Generar estos espacios de retroalimentación continua y provocar conversaciones más horizontales tiene que ser primordial en las empresas, asegura Leopoldo Lemus, director de la firma que ofrece herramientas para la gestión del talento Sistemas Humanos (SH).

“Promover la comunicación en círculos informales es un dar oportunidad a la generación de nuevas ideas, atender o poner sobre la mesa problemas laborales y, sobre todo, generar vínculos más fuertes entre líderes y trabajadores, lo que incrementa su tiempo de permanencia en la organización”, refiere el directivo.

Fernando García Mendoza, CEO de la consultora de recursos humanos GMCRH, asegura que estas dinámicas en las que se toma en cuenta la opinión del colaborador elevan los índices de retención de talento hasta en 72%. Además eleva su compromiso con la organización. En Allianz Partners, estos los niveles superan el 82%.

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Para Paola Carranco, directora general de la firma de soluciones de capital humano TalentLab, que el líder demuestra interés por lo que le sucede a su equipo de trabajo también influye directamente en la productividad de éste, pues disminuye los errores en la operación diaria, y convierte su labor en algo aspiracional.

En la empresa de seguros, Ivana Guerrero cuenta que en las reuniones los líderes hablan sobre sus inicios en el mundo profesional, historias con las cuales se identifican los colaboradores. “Esto ayuda a que la gente se proyecte y no se quede con la idea de que su jefe salió de la nada, sino que también se esforzó para llegar hasta donde se encuentra ahora”, refiere.

Pero, para lograr que estas dinámicas tengan impacto en la organización, los expertos consultados aseguran que es necesario la constancia. Una vez por semana o por mes es lo ideal. También es importante asignar un lugar fuera de las áreas de trabajo , como jardines, terrazas o incluso restaurantes para que la interacción sea distinta a la que se tiene en las oficinas.

La clave, asegura Carranco, es que los líderes lleguen a esas reuniones con objetivos claros para guiar la conversación hacia el conocimiento de las necesidades. Posteriormente trabajar para darle seguimiento a las propuestas generadas y, lo más importante, resolver cada una de ellas. “Lo que diferencia a un jefe de un líder es la confianza, el respeto y el cumplimiento de la palabra. Estos elementos son los que realmente abren la conversación con la gente”, agrega Lemus.