Cuando era un bebé recién nacido, Freddie Figgers fue abandonado en la basura, hoy su empresa está valuada en 62 millones de dólares, ¿Cómo lo logró? Según dice, llegó al éxito siendo buena gente y talentoso.
En 1989, el joven empresario, hoy de 32 años, fue abandonado en un depósito de basura en Florida, Estados Unidos, por su madre biológica. Un vecino de la zona hizo el descubrimiento atraído por el llanto del pequeño.
Su lucha por sobrevivir incluyó varios días en el hospital para finalmente ser trasladado a un hogar de tránsito, donde una pareja lo adoptó.
“Los niños solían burlarse de mí; me llamaban ‘bebé basura’, me decían ‘nadie te quiere, eres sucio’. Recuerdo ocasiones en las que me bajaba del autobús escolar u otros niños me agarraban y me tiraban en botes de basura y se reían de mí”, relató Figgers en una entrevista con BBC.
Cuando tenía nueve años, Freddie Figgers y su papá, Nathan, encontraron algo que sería clave para el futuro del pequeño:
“Los fines de semana iba con mi padre a hacer lo que llamábamos ‘buceo de basura’, paseándonos por diferentes vecindarios en busca de cosas que la gente hubiera tirado, como dice el dicho: ‘lo que para un hombre es basura, para otro es un tesoro’”.
Ese tesoro fue una computadora; la encontraron en una tienda de segunda mano y convencieron al vendedor para que se las vendiera por 24 dólares.
“A mí siempre me habían fascinado las computadoras. Soñaba con una Gateway pero no podíamos comprarla (…) Yo estaba feliz. La desarmé y me di cuenta de que un componente estaba roto y todo fluyó naturalmente.”.
Luego de algunos intentos, logró reparar la computadora, actividad que, además, se convirtió en un escape del acoso escolar.
Con el paso de los años, Freddie Figgers, aprendió el lenguaje de las computadoras y consiguió su primer empleo a los 12 años. Fue entonces, cuando la alcaldesa de la ciudad de Quincy descubrió el talento del empresario. Pidió permiso a sus papás y lo llevó al ayuntamiento, en donde Figgers se dedicó a reparar las computadoras averiadas del lugar.
Tres años después, ya había fundado su primera empresa: Figgers Computers. Cuando llegó a los 17 años contaba con 150 clientes que necesitaban sitios web y almacenamiento para sus archivos, así que continuó construyendo su carrera a partir de ello.
Seis años más tarde, a los 23, ganó 2.2 millones de dólares por la venta de un programa de rastreo GPS a una empresa en Kansas. En 2014, luego de la muerte de su padre, funda Figgers Communications, empresa dedicada al desarrollo de programas de software.
Tiempo después, invirtió en infraestructura para que las personas de la comunidad rural en donde viví pudieran tener acceso a conexiones rápidas de internet, dando paso al nacimiento de la empresa de telecomunicaciones Figgers Wireless.
También incursionó en el mercado de smartphones y otros productos enfocados en ayudar a las personas como medidores de glucosa en la sangre inalámbricos.
"Aprendí que el dinero no es más que una herramienta y me propuse hacer todo lo posible para tratar de dejar el mundo mejor cuando sea mi turno de irme, porque mi padre, sin ser rico, tuvo un impacto en la vida de mucha gente, y yo quería hacer lo mismo", finalizó.
