"No me gusta que haya mujeres en mi salón", dijo un profesor a Salma Jalife

Tras el incidente, la entonces estudiante de Ingeniería en Computación, solicitó el cambio de profesor y siguió adelante. Hoy es una líder en el sector de las telecomunicaciones.
De diciembre de 2018 a septiembre de 2020, Salma Jalife fungió como subsecretaria de Comunicaciones y Desarrollo Tecnológico dentro de la SICT.

Solo una de cada 10 mujeres profesionistas es egresada de las carreras de Ciencia, Tecnología, Ingeniería y Matemáticas (STEM, por sus siglas en inglés). Detrás de esta cifra hay esteriotipos sociales que se reproducen en el hogar y que son un invisible pero potente freno para el desarrollo profesional de las mujeres en los campos de la ciencia y la tecnología.

Salma Jalife, exsubsecretaria de Comunicaciones y Desarrollo Tecnológico y presidenta del Centro México Digital, destaca que para ampliar la presencia de mujeres en carreras relacionadas con la ciencia y la tecnología es necesario voltear a ver el punto de partida para la mayoría de las personas: los hogares. “Es momento de sentarse a reflexionar como familia”, señala en entrevista con Expansión.

Jalife siempre supo que quería estudiar una carrera del área de las físico-matemáticas. Desde la secundaria, cuando tuvo la oportunidad de elegir entre el taller de electricidad y artes plásticas, no dudó en optar por el primero. Asegura que esa decisión fue soportada por su familia, que siempre la ha motivado a hacer lo que desea, lo que le hace feliz y la apasiona, sin importar si socialmente hay una creencia de que "eso es cosa de hombres".

Pero, desafortunadamente, la historia es diferente para otras mujeres.

“Hay hogares en donde los estereotipos y los papás, principalmente, son quienes frenan el desarrollo que quieren tener las mujeres. Hoy en día hay muchísima información, hay mucho acceso a alternativas, pero antes había familias que decían 'aquí todos van a ser abogados' o 'las mujeres para qué estudian si se van a casar'”, sostiene.

El papel de la familia no solo se limita a la elección vocacional, sino que es igualmente relevante a lo largo de la vida profesional de esa mujer.

Jalife cuenta que la repartición de tareas acordada con su esposo, incluido el cuidado de su hija, fue clave para que ella pudiera desempeñar diversos cargos en el ámbito de las telecomunicaciones y realizar asesorías a otros países, como cuando en 2007 apoyó a Colombia en la transformación de su Ministerio de Telecomunicaciones.

De acuerdo con el estudio La participación laboral de la mujer en México, elaborado por el Banco Mundial, culturalmente la figura de la madre continúa teniendo un gran peso en el cuidado y crianza de los hijos e hijas, en donde resalta que el embarazo adolescente y la maternidad temprana continúan siendo un gran desafío para el país.

El estudio subraya que la maternidad temprana “afecta negativamente los potenciales logros educativos de las madres adolescentes”, lo que a su vez podría afectar sus oportunidades en el mercado laboral.

"No me gusta que haya mujeres en mi salón"

Salma Jalife argumenta que, pese al avance global alcanzado en materia de igualdad entre hombres y mujeres -más niñas están escolarizadas, hay más mujeres con cargos en parlamentos y en posiciones de liderazgo, y las leyes se están reformando para fomentar la igualdad de género-, los estereotipos siguen presentes en el entorno del día a día.

“La carga de la mujer es muy grande. Cuando te casas y tienes familia es un estereotipo el que ella es quien debe de cuidar a los niños, que es quien debe de sacrificar su trabajo. Es la que debe de resolver todo y además ser muy buena profesionista. Si distribuyéramos equitativamente el trabajo como familia sería más sano”, expone.

Jalife enfatiza que la existencia de los estereotipos también está presente en las aulas y en los ambientes académicos.

Ella ingresó a la Facultad de Ingeniería de la UNAM en 1981, para estudiar la carrera de ingeniería en computación, en la cual “había muchos hombres y pocas mujeres”. Aunque la mayor parte del tiempo el trato con sus compañeros y compañeras siempre fue equitativo y de colaboración, una ocasión un profesor dijo al inicio de un semestre "no me gusta que haya mujeres en mi salón", lo cual la orilló a tomar su tira de materias y solicitar un cambio de profesor.

“Fue la única vez que tuve un enfrentamiento, al que yo ni siquiera respondí. En ese entonces pensabas: 'bueno, si no se puede lo soluciono de otra manera'. Quizás hoy hubiera actuado de otra forma”, añade.

La anécdota de Jalife ocurrió en un país en donde, actualmente, solo 13.5% de las mujeres profesionistas son egresadas de carreras STEM, de acuerdo con el Instituto Mexicano para la Competitividad, el cual agrega que “la desigualdad en la participación femenina también está presente en la elección de carrera y el ámbito profesional”. Aún hay mucho por hacer.

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