A pesar de los avances en la lucha por la igualdad de género, las mujeres siguen siendo una minoría en diversos ámbitos laborales en México, incluyendo la representación sindical. Los números hablan por sí solos: de cada 100 dirigentes sindicales en el país, apenas ocho son mujeres, lo que representa un escaso 8.6% del total según las últimas cifras oficiales.
Varios factores contribuyen a esta disparidad. Uno de los obstáculos principales es la realización de asambleas sindicales fuera del horario laboral. Esto dificulta la participación activa de las mujeres, ya que muchas de ellas continúan enfrentando el peso de la cultura tradicional que les asigna la responsabilidad del cuidado del hogar y de los hijos. Superar esta barrera requiere no solo la voluntad de las mujeres, sino también acciones concretas por parte de los sindicatos para promover una agenda de igualdad sustantiva.
“El discurso en los sindicatos es que las mujeres no quieren ser dirigentes. Pero no, no es que no quieran, es que no pueden. Entonces ¿cómo hacemos para que las mujeres participen? Hay que discutir eso, porque debemos activar en el sindicato una agenda de igualdad”, dice Inés González, impulsora del Observatorio para la Igualdad Sustantiva en los Sindicatos, en entrevista con Expansión.