“Equivocarse no es malo”, coincide Alejandro Paz, country director en Robert Walters. Como reclutador, cada que escucha cómo un postulante le dio la vuelta a una experiencia negativa, puede inferir cómo esa persona puede comportarse a futuro cuando se enfrente a una situación similar. “Lo malo es no aprender de una equivocación y repetirla de nuevo”, señala.
Ambos reclutadores coinciden en que buscan la forma de pensamiento, resolución, aprendizajes y crecimiento de los candidatos, en lugar de respuestas perfectas. Valoran la autoconciencia y la capacidad de aplicar experiencias en desarrollo personal y profesional. En este sentido, la creatividad e innovación en la resolución de problemas son importantes, junto con la adaptabilidad a situaciones difíciles.
Por ello, Roberto Cárdenas, representante de la empresa de liderazgo DDI en los mercados de América Latina, sostiene que obtener una posición laboral puede surgir a partir de fracasos y experiencias difíciles de vida. Desde su perspectiva, es necesario reconocer y aprender de los errores para el crecimiento y el éxito profesional.
"Abogo porque los líderes valoren los errores de su equipo y eviten castigarlos. Considero relevante que los líderes dejen de culpar y castigar los errores, ya que esto puede provocar que las personas oculten sus fallas, privándose así del valioso aprendizaje que surge de las equivocaciones", dice el especialista.
El ojo de los reclutadores para valorar el fracaso
Acorde con los reclutadores consultados, hay diversos métodos que usan para identificar y valorar las lecciones aprendidas a través de experiencias difíciles. Sin embargo, las que más utilizan se basan en la manera en que los candidatos comunican y reflexionan sobre sus desafíos pasados. Algunos aspectos clave incluyen:
Entrevistas de comportamiento. Se emplean para indagar situaciones específicas que los candidatos hayan enfrentado en el pasado. Se busca comprender cómo manejaron los retos o conflictos, qué decisiones tomaron, qué resultados obtuvieron, qué hubieran hecho distinto y qué aprendieron.
Casos personalizados. Se presentan situaciones personalizadas que reflejan desafíos similares a los del rol en evaluación. Esto permite a los candidatos demostrar cómo aplicarían las lecciones aprendidas en contextos prácticos relacionados con el trabajo.
Evaluación del pensamiento estratégico. Se incorporan ejercicios y exámenes para evaluar el pensamiento estratégico de los candidatos, abordando aspectos como la planificación a largo plazo, la identificación de riesgos y la formulación de soluciones innovadoras. Esto proporciona insights sobre la capacidad del candidato para aplicar lecciones aprendidas en contextos estratégicos.
Referencias laborales detalladas. Se llevan a cabo referencias laborales detalladas, con un enfoque específico en la capacidad del candidato para aprender y mejorar a partir de situaciones difíciles. La retroalimentación de empleadores anteriores ofrece información valiosa sobre cómo el postulante ha aplicado lecciones aprendidas en entornos laborales previos.