Luego de tres horas de que el huracán tocara tierra, el uso de telefonía satelital permitió establecer los primeros contactos con el equipo en campo, para verificar tanto su estado como el de sus familias. Los ingenieros dieron informes detallados acerca de la gravedad de los daños ocasionados.
El viento, con su fuerza devastadora, ocasionó la caída de las torres de comunicación y provocó daños en la infraestructura de fibra óptica y microondas. Esto no solo dejó al equipo de AT&T incomunicado, sino que también afectó a las personas en Guerrero y sus alrededores. La magnitud de la devastación obligó incluso al cierre de tiendas por razones de seguridad.
La recuperación de la red
La primera prioridad fue responder rápido y tomar decisiones ágiles. Lira revela que establecieron un centro de operaciones en la Ciudad de México, donde se congregaron diversas áreas: transporte, logística, equipos de red de acceso, licencias, permisos y compras para aportar desde su especialidad.
En este centro se coordinaron las comunicaciones entre Acapulco y Chilpancingo, donde se levantó un refugio y centro de distribución para la región afectada. La ingeniera detalla que hubo dos fases en el proceso de reconstrucción. La primera consistió en recuperar el servicio con los recursos disponibles, mientras que la segunda implicó la reconstrucción completa de la red en Acapulco. Una vez restablecido el servicio inicial, se procedió a reconfigurar la red de fibra y reconstruir los sitios que habían quedado devastados durante el huracán.
Dado el extenso daño sufrido por la red de transporte, se implementaron configuraciones de sitios con enlaces satelitales como medida provisional para restablecer el servicio de manera inmediata, ya que no era factible recuperar la fibra en ese momento. Esta solución fue desarrollada por los arquitectos de AT&T, y aunque no contaban con garantías de su efectividad, decidieron probarla utilizando equipos disponibles en el lugar.
En tan solo 48 horas, se logró restablecer la conectividad en los primeros sitios con estos enlaces satelitales. “Fue un momento de mucha satisfacción, nos subimos todos a las sillas aplaudiendo porque sabíamos el impacto que eso tenía en nuestros clientes y en las familias de nuestros compañeros”, dice Lira.
La VP comparte que los ingenieros en campo enfrentaron condiciones extremadamente difíciles: durmieron en el suelo durante días, con escasez de agua y comida debido al cierre de carreteras por deslizamientos y escombros.
Una vez que se restableció el acceso terrestre comenzaron a enviar víveres y materiales y se procedió con las reparaciones de la fibra y la eliminación de los enlaces satelitales. Aunque algunos sitios aún dependen de conexiones satelitales, la mayoría de ellos han sido recuperados por completo.
Para Lira, el Huracán Otis marcó un punto de inflexión al promover la cooperación entre competidores. La ingeniera inició conversaciones con colegas de otras empresas del sector de las comunicaciones, todos con daños en sus redes. Esta situación inusual generó una colaboración entre los operadores de la industria, que se dedicaron a recoger material inservible y a compartir recursos para permitir que sus equipos pudieran reparar la infraestructura dañada.
Hubo llamadas del tipo "¿Puedes prestarme tantos kilómetros de fibra?" o "¿Podrías prestarme este material? Ya te envío a uno de mis ingenieros". También recuerda el acompañamiento mutuo, el refugio compartido en los sitios que habían habilitado para sus compañeros, y empleados de AT&T incluso ofrecieron sus propias casas, a pesar de no contar con agua o tener las ventanas rotas.
“Algunas de nuestras rutas de transporte de fibra las cedimos para uso conjunto. Del mismo modo, en otras rutas pertenecientes a otros operadores, se nos brindó acceso. Mantuvimos una comunicación y ayuda constante entre todos y coordinamos nuestras acciones para acelerar la recuperación de las redes”, menciona.
También se organizaron sesiones con el IFETEL para acordar entre la industria cuáles serían las prioridades de reparación y se crearon planes de acción para avanzar de manera coordinada, con el apoyo de la Comisión Federal de Electricidad (CFE), la Marina, la Guardia Nacional y Protección Civil.
“Sabíamos que no podíamos escatimar recursos; nuestros clientes eran nuestra prioridad, especialmente en medio de una devastación como la que estábamos enfrentando. Por supuesto, esto tuvo un impacto económico no solo para nuestra empresa, sino también para el Estado y otros operadores del sector”, comenta Lira.
En menos de tres semanas, la cobertura y el servicio se recuperaron en un 65%, se construyeron 23 km de fibra óptica (red crítica) en 10 días con salida de larga distancia, entre otras operaciones que hoy permiten una recuperación del 91% de cobertura. Adicional, se dio el servicio gratuito a partir del siniestro y durante 2023.
Las lecciones que dejó Otis
Lira está convencida de que Otis dejó una serie de lecciones aprendidas. A nivel técnico y empresarial, la importancia de fortalecer la infraestructura y estar preparados ante eventos catastróficos mediante simulacros y planes de contingencia. La magnitud del huracán tomó por sorpresa a todos, lo que llevó a AT&T a desarrollar soluciones satelitales para enfrentar futuros desastres.
En momentos de crisis, la colaboración fue fundamental, aunque admite que la avalancha de ayuda también generó retos en el manejo y coordinación de recursos. Pero el compromiso y la solidaridad del equipo fueron aspectos destacados, con ingenieros que trabajaron a pesar de haber tenido pérdidas personales.
Al llegar a Acapulco, Lira aún recuerda que tuvo emociones encontradas: tristeza por la devastación observada y orgullo por el esfuerzo realizado para brindar apoyo a la comunidad. “Tengo recuerdos agridulces porque fue una experiencia con muchas cosas positivas y por otro lado, por supuesto con una catástrofe de esta magnitud, digna de esperar que no suceda nunca más”, externa.
Hoy Lira sabe la importancia de mantener la calma y la estabilidad emocional como líder y reconoce que esta habilidad no solo se desarrolla en momentos de emergencia, sino que requiere un esfuerzo continuo y diario porque su actitud frente a los desafíos afecta directamente a su equipo, por lo que prioriza mantenerse centrada y serena.
Para ella, el liderazgo va más allá de la toma de decisiones; implica ser consciente y manejar las emociones. En su caso, encontrar tiempo para la reflexión y la meditación puede ser difícil en medio de sus múltiples responsabilidades, pero busca activamente oportunidades para ello. Además, se somete a sesiones de coaching y busca aprender de la experiencia de otros líderes.
Su evolución como líder ha implicado reconocer la importancia de las habilidades blandas, además de las técnicas, pero sobre todo lo atribuye a los líderes que han confiado en ella y la han desafiado a asumir proyectos difíciles, que le han permitido superar sus propias dudas y límites autoimpuestos.
Antes de ocupar su posición actual, Myrna fue Vicepresidenta Adjunta de Comercialización Tecnológica, donde encabezó estrategias destinadas a generar nuevas oportunidades de negocio y aprovechar la infraestructura de red para su monetización. Una de sus responsabilidades fue la integración de cinco de los operadores virtuales del país a la red de AT&T, incluyendo a Telefónica, el tercer operador más relevante en México.
Dentro de sus logros se encuentra la ingeniería y despliegue de la red del transporte IP de acceso y CORE de nueva generación a nivel nacional; la implementación del 911 y el cambio de marcación a 10 dígitos nacional. Es Ingeniera en Telecomunicaciones por la Universidad del Valle de México y cuenta con una Maestría en Dirección de Empresas de Tecnología por la Universidad Antonio de Nebrija en España.
“Uno no hace nada solo. Lo mucho o poco que he podido lograr ha sido gracias al respaldo de un montón de gente que se ha subido al barco conmigo. Ahorita estamos en un momento de transformación total, especialmente con la llegada del 5G, una tecnología que promete habilitar una amplia gama de nuevas posibilidades. Justamente ahí es donde quiero participar, mi responsabilidad es asegurar que nuestra red 5G opere de manera confiable para ofrecer a nuestros clientes las mejores experiencias posibles. Hay un vasto terreno por explorar y mucho trabajo por hacer”, concluye.