El impacto para las empresas
Olivia Segura, socia de Asesoría en Capital Humano y Gestión del Talento de KPMG México, advierte sobre un entorno turbulento en los próximos 10 años, en el que uno de los principales riesgos está vinculado a la vulnerabilidad de las empresas para enfrentar cambios que incluyen cortes de energía eléctrica y fenómenos climáticos extremos como huracanes, inundaciones y sequías.
La experta consultada señala que estos eventos pueden llevar al cierre de plantas y afectar las proyecciones financieras, así como la rentabilidad esperada. Por ello, resalta la importancia de contar con un plan de respuesta, alinear la comunicación interna de las empresas ante eventos no planeados y establecer protocolos de seguridad y seguimiento claros que ayuden a la continuidad del negocio.
En cuanto a los contratos con los clientes, Segura dice que también es oportuno crear protocolos para abordar situaciones de emergencia que puedan afectar la entrega de productos o servicios, así como determinar responsabilidades en caso de incumplimiento por eventos como cortes de energía. "Los líderes deben adoptar una mentalidad de gestión de riesgos, especialmente enfocada en aspectos medioambientales y de infraestructura", sostiene.
La afectación para el trabajo remoto
Esperanza Granados, especialista en higiene laboral, considera que los apagones tienen un impacto estresante inicial debido a la posible pérdida de información y llamadas en línea, lo que puede provocar una pérdida de tiempo e irritabilidad.
“La primera consecuencia observable es que los empleados no pueden llevar a cabo sus tareas desde sus hogares", dice Granados.
Paulina Navarro comparte que el tiempo promedio que una persona necesita para volver a enfocarse en sus tareas después de una interrupción, como un apagón, es de 20 a 25 minutos. “Las interrupciones pueden aumentar los niveles de desmotivación y provocar un desequilibrio en la carga de trabajo de los colaboradores”, afirma.
Una alternativa ante un apagón es que los trabajadores se conecten a otro servicio de internet para realizar sus labores desde una cafetería por ejemplo, o utilizar el internet del teléfono celular que la empresa proporcione para compartir internet y así conectar las computadoras.
Sin embargo, Segura alerta que la empresa debe ser consciente de que esto conlleva un riesgo de ciberseguridad. Si alguien se conecta a una red sin la infraestructura de seguridad adecuada, como una VPN, podría haber filtración de información confidencial u otros problemas que competen a la gestión adecuada de riesgos.
¿Home office sin luz?
Estefanía Rueda, abogada laboral del despacho Littler, plantea que en caso de que siga habiendo apagones es posible que los teletrabajadores tengan que regresar a la modalidad presencial o híbrida, sobre todo quienes trabajan en regiones donde el clima requiere aire acondicionado o calefacción.
Pero si regresan a la oficina –dice Segura–, el reto radica en que muchas organizaciones han reducido su espacio físico, por lo que enfrentarían dificultades logísticas al tener que reincorporar a todos los empleados a la oficina en caso de un regreso masivo por apagones. Además, la oficina en cuestión debería tener una planta de energía porque tampoco está libre de los cortes de luz.
En el estudio 'Las cinco fuerzas del cambio organizacional en México 2024', realizado por la consultora Thrust en colaboración con el Instituto Tecnológico de Estudios Superiores de Monterrey, se revela que uno de cada tres líderes considera que su capacidad de adaptación a los cambios, incluido el calentamiento global y los apagones debido a las altas temperaturas, está lejos de ser óptima.
Paulina Navarro, cofundadora y directora de operaciones de Thrust, refiere que en los últimos años han observado un aumento del 200% en los fenómenos disruptivos que afectan la productividad empresarial y la operatividad organizacional.
"Este incremento sitúa a los líderes en un estado de vulnerabilidad”, concluye.