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¿Se vale despedir en público? Las formas éticas de gestionar un despido

Un despido mal llevado no solo afecta emocionalmente a los empleados despedidos, sino que también puede deteriorar la imagen y reputación de la empresa.
mar 15 octubre 2024 01:23 PM
¿Se vale despedir en público? Las formas éticas de gestionar un despido
Las empresas deben evitar situaciones que pongan en riesgo la dignidad del empleado.

Gustavo Macalpin, conductor del Canal 66 en Mexicali, fue despedido al aire por Luis Arnoldo Cabada, empresario y director de la televisora. "Todo tiene un ciclo en la vida", le dijo Cabada durante la transmisión del 7 de octubre, para luego anunciarle de manera abrupta que ese sería su último día. Macalpin, visiblemente sorprendido, recibió elogios por sus seis años de trabajo, pero el despido fue inesperado y público​.

Aunque el conductor encontró nuevas oportunidades laborales, el incidente dejó una lección importante: la forma en que se maneja un despido puede tener un impacto importante tanto en el empleado como en la percepción pública. En este caso, el despido fue criticado por la falta de privacidad y empatía hacia el conductor, poniendo en el centro del debate cómo las empresas deben gestionar estas situaciones con más sensibilidad.

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Un protocolo para los despidos

Fernando Sentíes, CEO de AMITAI, señala que los despidos deben llevarse a cabo de manera ética, asegurar el cumplimiento de la ley, evitar acuerdos que perjudiquen al empleado​, y sobre todo manejar la situación con empatía y respeto.

“El manejo de la situación es lo más importante en todo este proceso. La pérdida del empleo es una de las causas de mayor estrés en una persona. Por ello debe de hacerse bajo el principio de la ‘regla de oro’ que es precisamente la idea de la empatía, es decir, tratar a la otra persona como te gustaría que te trataran a ti”, expresa Sentíes.

Por separado, Ivonne Vargas, especialista en recursos humanos, destaca que una comunicación clara y directa es fundamental. "Explicar las razones del despido de manera transparente, ya sea por motivos económicos, reestructuración o bajo desempeño, es crucial para minimizar el impacto emocional", dice​.

En este sentido, la privacidad también es esencial; anunciar un despido en público, como en el caso de Macalpin, puede generar una experiencia traumática para el empleado.

Otro elemento importante en un proceso de desvinculación laboral es ofrecer apoyo psicológico y asesoría para colocarse de nuevo en el mercado del trabajo. Si bien, no todas las empresas lo hacen, apostar por ello incrementa el valor de la marca empleadora.

"Un plan de transición, como asesoría en la búsqueda de empleo o programas de recolocación, puede marcar una gran diferencia en la experiencia de los empleados despedidos", añade Vargas​. Empresas que aplican este tipo de medidas muestran un compromiso con el bienestar de sus colaboradores, incluso en los momentos más difíciles.

Las consecuencias de un mal despido

El despido de Gustavo Macalpin es un ejemplo de lo que no se debe hacer en términos de comunicación y manejo de un despido. Ivonne Vargas subraya que un mensaje compasivo, directo y sin ambigüedades es vital para gestionar las emociones del empleado​.

En su experiencia, Vargas ha observado que la falta de preparación y sensibilidad emocional puede aumentar el estrés del trabajador y generar un resentimiento que afecta la moral del equipo restante.

Además, la forma en que se da la noticia cuenta mucho. "He conocido casos donde no se da aviso previo, simplemente se les entrega una caja para que guarden sus cosas", comenta Vargas. Este tipo de situaciones solo agrava el malestar y dificulta que el trabajador se sienta respetado en un momento tan difícil​.

Una gestión adecuada del despido no solo beneficia al empleado, sino también a la empresa. Según datos de Gallup, las organizaciones que manejan los despidos de forma justa y empática reportan un 25% menos de reclamaciones legales​. Además, una empresa que demuestra sensibilidad durante los despidos puede fortalecer su imagen como empleador responsable.

Por el contrario, un despido mal gestionado puede generar consecuencias negativas, como dificultades para atraer nuevos talentos y una disminución en el compromiso de los empleados que permanecen en la organización​. En el caso de Gustavo Macalpin, aunque encontró nuevas oportunidades rápidamente, la forma en que fue despedido dañó la imagen pública de Canal 66, ya que el despido se percibió como frío e insensible.

Tanto Vargas como Sentíes insisten en la necesidad de que las empresas cuenten con un protocolo formal para gestionar despidos. Esto incluye capacitar a los gerentes en inteligencia emocional y manejo de situaciones difíciles. "La mayoría de las veces, los gerentes carecen de formación en inteligencia emocional para manejar estos procesos de manera empática", menciona la especialista​.

Un protocolo claro ayuda a que las decisiones se tomen de forma consistente, sin depender del estado de ánimo del encargado del despido. Además, proporciona un marco de referencia para garantizar que se respeten los derechos del empleado y que se gestione el proceso de forma humana y profesional.

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