El problema se agrava porque muchas compañías normalizan esta práctica, basándose en una cultura laboral que asocia largas horas de trabajo con compromiso y eficiencia. Sin embargo, expertos en capital humano coinciden en que este enfoque está lejos de ser sostenible y puede tener un alto costo en términos de retención de talento, desempeño y reputación organizacional.
¿Qué puedes hacer ante esta situación?
El primer paso para enfrentar las horas extra no pagadas es analizar la magnitud del problema. Christian Rico, Country Manager de Gi Group Holding en México, recomienda “solicitar una reunión con tu empleador para discutir tu carga de trabajo actual. Este diálogo debe ser constructivo y enfocado en buscar soluciones a largo plazo”.
Entre las propuestas que menciona, están la redistribución de tareas, la implementación de herramientas de automatización y la contratación de personal adicional para evitar la sobrecarga recurrente. Aunque este último punto suele ser la opción menos explorada por las empresas debido a los costos asociados, como procesos de reclutamiento y onboarding.
Por separado, Salvador De Antuñano, director de Recursos Humanos de Grupo Adecco, menciona la importancia de revisar el contrato laboral y las políticas internas de la compañía. “Es fundamental verificar si se están cumpliendo las normativas y si el contrato incluye cláusulas claras sobre el pago de horas extras, alineadas con los artículos 67 y 68 de la Ley Federal del Trabajo”.
Además de revisar la situación legal, Yunue Cárdenas, CEO de Menthalising puntualiza que establecer límites es necesario para evitar un desgaste prolongado. “Es esencial evaluar el impacto de las horas extra en tu bienestar y productividad. Conversa con tu jefe sobre cómo estas jornadas prolongadas afectan tu desempeño y plantea alternativas viables, como redistribuir tareas o compensaciones adicionales”.
Ana Estrada, directora de Brújula Interior, añade una perspectiva diferente al señalar que, en algunos casos, las horas extra pueden ser una oportunidad para desarrollar nuevas habilidades. “Si esas horas están contribuyendo a tu crecimiento profesional, pueden ser una inversión para conseguir un mejor trabajo en el futuro. Sin embargo, si el costo personal es alto y no ves un beneficio claro, es momento de reconsiderar tu situación”.
¿Qué riesgos implica no actuar?
No tomar medidas ante esta situación puede tener consecuencias. Según un informe de Gallup, los trabajadores que enfrentan jornadas excesivas tienen un 50% más de probabilidades de experimentar agotamiento emocional. Además, el desgaste prolongado afecta la productividad, la salud mental y el equilibrio entre vida personal y laboral.
Mario Elsner, CEO de Business Game Changers, enfatiza que el abuso de las horas extra no pagadas no solo vulnera derechos laborales, sino que también pone en riesgo la cultura organizacional. “Cuando los empleados sienten que su tiempo no es valorado, disminuye su compromiso y aumenta la rotación laboral, lo que termina afectando a la empresa”.
Si los intentos de diálogo no resultan fructíferos, es importante explorar opciones legales. La Procuraduría Federal de la Defensa del Trabajo (PROFEDET) ofrece asesoría gratuita para documentar las jornadas extendidas y presentar una queja formal. Esta instancia puede guiar a los empleados para buscar una resolución que respete sus derechos.
Los expertos consultados también recomiendan buscar apoyo en redes de contacto profesionales y explorar opciones laborales en empresas que valoren el tiempo de sus colaboradores. “La tendencia en el mercado laboral actual es priorizar el bienestar y la flexibilidad. Las empresas que no se alineen con esto estarán en desventaja para atraer y retener talento”, advierte Salvador De Antuñano.
Trabajar horas extra no pagadas es una práctica que refleja dinámicas laborales obsoletas y poco sostenibles. Aunque el camino para solucionar esta situación puede ser complejo, los empleados tienen herramientas y recursos para buscar un trato justo. La clave está en actuar de manera informada y asertiva, priorizando el bienestar personal sin descuidar la relación laboral.