Estefanía Rueda, abogada del despacho Littler, señala que esta tendencia refleja la presión que el entorno político ejerce sobre las empresas. “Lo más seguro es que, al bajar la guardia en Estados Unidos, también lo hagan las compañías, dejando de invertir en iniciativas de equidad y diversidad para destinar recursos a temas operativos”.
Implicaciones para México
En México, las decisiones empresariales de Estados Unidos suelen tener un eco importante, especialmente en empresas transnacionales con matrices en ese país. Rueda advierte que, aunque estos cambios no necesariamente implicarán modificaciones legales en el marco mexicano, podrían reducir el interés de las autoridades para vigilar el cumplimiento de normativas relacionadas con ambientes laborales diversos.
Nora Taboada, fundadora de AFE Liderazgo Consciente, dice que estos cambios también podrían influir en la percepción de los líderes empresariales. “En un contexto tan polarizado como el actual, las empresas podrían optar por alinearse al discurso predominante para evitar conflictos, incluso si eso significa retroceder en avances importantes”, asegura.
Hasta ahora, el estilo de liderazgo de Trump, descrito por Taboada como autoritario y polarizador, ha generado resultados inmediatos pero con altos costos a largo plazo. Este tipo de liderazgo fomenta divisiones internas y afecta la inclusión en las organizaciones.
Saskia de Winter, especialista en formación de liderazgo, advierte que la falta de diversidad y apertura en los equipos limita la creatividad y la innovación. “La inclusión y la diversidad no son solo valores éticos, también son claves para la sostenibilidad y el éxito”, puntualiza.
¿Un retroceso inevitable?
El panorama actual muestra una clara tensión entre las presiones políticas y las necesidades organizacionales. Si bien empresas como Walmart han justificado sus cambios en iniciativas DEI bajo el argumento de priorizar el talento general en lugar de enfoques específicos para minorías, esta narrativa genera dudas sobre el compromiso real con la inclusión.
Aunque la minorista no vinculó directamente su decisión al regreso de Trump, la empresa argumentó que sus esfuerzos se concentrarán en iniciativas que promuevan la excelencia y la productividad general, dejando de lado programas específicos para minorías.
En México, la adopción de medidas similares podría depender de factores como la presión de los consumidores, las normativas locales y el enfoque de las empresas hacia la sostenibilidad. “En estos tiempos, el liderazgo debe ser más consciente y alineado con los valores de equidad, porque lo que está en juego no es solo la productividad, sino también la confianza y la cohesión social”, apunta Taboada.