Asimismo, la FDA aclaró que estos incidentes destacaron la importancia de controles rigurosos en la fabricación de medicamentos. En consecuencia, Canadá también actualizó las etiquetas de advertencia en los productos con ceftriaxona, agregando información sobre los riesgos de efectos secundarios neurológicos severos, lo que refleja preocupaciones similares en otras regiones.
¿Cuál es la situación actual?
El ADPH y los CDC dan seguimiento a los reportes de reacciones adversas en Alabama. Según un comunicado oficial del ADPH, los casos reportados incluyen pacientes con condiciones de comorbilidad, y los síntomas han sido tratados con medidas estándar para la anafilaxia. Sin embargo, no se ha identificado una relación causal definitiva entre ceftriaxona y las reacciones.
A nivel internacional, la ceftriaxona sigue siendo un medicamento ampliamente utilizado para tratar infecciones como neumonía, gonorrea y sepsis. Según datos del ADPH, "las reacciones alérgicas a cefalosporinas, como ceftriaxona, ocurren entre el 0.5% y el 2.5% de los pacientes". Las autoridades recomiendan a los proveedores de salud discutir los riesgos con los pacientes y mantener protocolos de emergencia para manejar eventos adversos.
¿Y México qué dice de este antibiótico?
Según información de la Facultad de Medicina de la UNAM, la ceftriaxona es, en general, un medicamento bien tolerado. Las reacciones adversas observadas durante su administración suelen ser reversibles, ya sea de forma espontánea o al descontinuar su uso.
Entre los efectos secundarios más comunes, que afectan al 2% de los pacientes, están las molestias gastrointestinales, diarrea, náuseas, vómitos, estomatitis y glositis. También se reportan alteraciones hematológicas como eosinofilia, leucopenia y trombocitopenia. Aunque raros, pueden presentarse casos de agranulocitosis y anemia hemolítica tras dosis acumulativas altas.