El asteroide 2024 YR4, descubierto en diciembre de 2024, ha captado la atención de los expertos en objetos cercanos a la Tierra debido a sus características y trayectoria. La información sobre este objeto se actualiza continuamente conforme se obtienen nuevos datos de observación.
Aunque su probabilidad de impacto en la Tierra es baja, el monitoreo constante permite a los especialistas ajustar las evaluaciones de riesgo. Estas acciones forman parte del protocolo internacional para objetos potencialmente peligrosos.
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Así es el asteroide 2024 YR4
El asteroide 2024 YR4 tiene un diámetro estimado entre 40 y 90 metros, de acuerdo con mediciones realizadas tras su descubrimiento el 27 de diciembre de 2024 por el sistema ATLAS en Chile. Este tamaño se calculó en función de su brillo, aunque su precisión podría mejorar mediante observaciones térmicas o radar.
El objeto fue detectado poco después de su paso cercano a la Tierra el 25 de diciembre de 2024. Actualmente, se encuentra a 48 millones de kilómetros de distancia y se aleja en su órbita solar. Se espera que regrese a las cercanías terrestres en 2028, aunque sin riesgo de impacto durante ese periódo.
Este asteroide se encuentra clasificado en el nivel 3 de la Escala de Torino, una categoría poco común que indica un impacto potencial de baja probabilidad pero con consecuencias significativas si llegara a ocurrir.
La NASA, mediante el Centro de Estudios de Objetos Cercanos a la Tierra (CNEOS), ha comunicado que el asteroide tiene una probabilidad de impacto superior al 1% para el 22 de diciembre de 2032. Sin embargo, también se estima un 99% de posibilidades de que no impacte.
Los cálculos iniciales indicaban grandes incertidumbres en su órbita, pero las observaciones más recientes han permitido delimitar mejor su trayectoria. La probabilidad de impacto podría variar conforme se recopilen más datos.
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En caso de un impacto, el asteroide podría afectar una región que incluye el Océano Pacífico oriental, América del Sur, África y Asia del Sur. No obstante, los expertos destacan que el monitoreo continuo permite anticipar con mayor precisión posibles escenarios.
La observación del asteroide se realiza con telescopios terrestres y espaciales, y se espera que sea observable hasta abril de 2025. Este seguimiento forma parte de los esfuerzos de la Red Internacional de Alerta de Asteroides, liderada por NASA y otras agencias globales.