Convierte tu hobby en una inversión
La pasión de Carlos Escobedo por La guerra de las galaxias lo ha llevado a ser más que un simple fan. Su interés por adquirir todo lo relacionado con la saga de películas, desde discos, miniaturas o películas hasta cajas de cereal o paquetes de chicles, lo ha convertido en un verdadero inversionista.
Las primeras piezas las obtuvo cuando era niño, como pago en uno de sus empleos de tiempo libre. Pero no fue hasta 1995 cuando comenzó formalmente su colección. Las primeras figuras le costaron entre 20 y 30 pesos y las compró en el centro de la Ciudad de México. Hoy, su colección consta de casi 1,000 piezas. Entre sus artículos más valiosos se encuentra una colección de discos de las tres primeras películas, que incluye uno con melodías inéditas, además de las firmas de los actores. Escobedo los compró por 400 pesos y ahora están valuados en, aproximadamente, 15,000.
“La experiencia va formando la capacidad para determinar qué artículos aumentarán su valor”, dice el ahora productor de televisión. Sin embargo, acepta que también tiene productos por los que pagó entre 400 y 600 pesos que hoy valen muy poco. “El mercado es relativo”, dice.
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Como Escobedo, hay quien ha convertido su hobby, casi sin saberlo, en una inversión. La clave es distinguir cuáles son los objetos que se revalorizarán con el tiempo y qué cosas sólo son recuerdos.
No todo lo que puede formar parte de una colección es rentable. Para identificar un objeto de valor, éste debe cumplir cuatro características: ser antiguo, escaso, estar en buen estado de conservación y que haya alguien que lo demande debido a la historia y cultura que guarda, detalla Ángel Gómez Chavira, valuador independiente de arte.
La historia de Emir Rangel incluye el amor por la música. Tiene 35 años y varios coleccionando CD y discos originales de acetato, algunos de éstos, ediciones importadas de Alemania, Estados Unidos, Gran Bretaña y Japón. Su acervo consta de más de 500. Entre sus inversiones más costosas se encuentra un disco edición especial de Radiohead.
Los discos se han convertido en un objeto de deseo en la época del streaming.“Pese a que cualquier canción puede conseguirse fácilmente por internet, lo que va a generar valor es lo que contiene el arte (el disco, casete o CD) y el arte contenido en él (música)”, explica Chavira.
Tanto Escobedo como Rangel han ido descubriendo, a través de la experiencia y el tiempo, el valor de sus ‘joyas’. Ambos coinciden en que el coleccionismo y el valor de los artículos es muy variable y subjetivo y, en muchas ocasiones, se rige por la ley de la oferta y la demanda.
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Gustavo Martínez colecciona antigüedades de todo el mundo. Las exhibe en su casa y disfruta con la restauración y la investigación de la historia de cada uno de los más de 600 objetos que integran su colección. Entre sus piezas hay llaves, monedas, candados, relojes, cuadros, figurillas o muebles. “Hace 15 años, le compré a un viejito una grafonola en 800 pesos, la restauré y ahora funciona. Su precio actual está entre 12,000 y 14,000 pesos”, dice Martínez. Este ginecobstetra, de 60 años, dice que, en su vejez, si llegara a necesitar dinero, vendería alguna de las piezas.
Gran parte de la gente que colecciona algo no lo hace tanto por una pasión, sino porque empezó a tener objetos heredados de sus padres o sus abuelos. Un coleccionista auténtico, coinciden los entrevistados, es aquel que estudia el origen de los objetos y la historia que cargan. “Un acumulador, por el contrario, tiene una patología, se siente feliz al estar rodeado de objetos, aunque no sepa para qué son ni de dónde vienen. Un coleccionista sabe todo de esa pieza, la disfruta y la comparte, pocas veces piensa en ella como inversión”, señala Martínez.
Liquidez y protección
Existen tres vías para conseguir que esas colecciones se conviertan en dinero líquido: la venta entre particulares, a través de galerías –donde el coleccionista deja en consignación sus piezas y la gente las puede ver y comprar– y en una casa de subastas, detalla Francisco Fuentes Villalón, director general del Tecnológico de Estudios Superiores y Valuación, con 27 años de experiencia valuando arte y antigüedades.
Chavira asegura que los materiales que más aumentan su valor con el tiempo son las pinturas; sin embargo, los coleccionistas de obras de arte también tienen que aprender a distinguir qué personajes pueden ser demandados. “Actualmente, las pintoras surrealistas, como Remedios Varo o Leonora Carrington, son muy buscadas”, dice.
También hay que encontrar la época precisa para vender dichas antigüedades u obras de arte. Por ejemplo, las monedas, documentos, billetes de la época de la Revolución y de la Independencia fueron muy valorados durante las celebraciones del centenario de la Revolución Mexicana y el bicentenario de la Independencia, señala Fuentes Villalón.
En el libro El arte de coleccionar arte, Javier Lumbreras, director de Artemundi Global Fund, un fondo de inversión especializado en este segmento, establece que es una inversión que se puede comparar con la propiedad inmobiliaria. “Cuando se ve como una inversión, el coleccionista o comprador debe tener en cuenta el factor de riesgo-retorno, para lo cual es recomendable armar un portafolio de inversión que especifique artistas de distinta tipología”, dice en el libro.
Seguros Mapfre, Axa, Zurich y Chubb ofrecen protección para las obras de arte y antigüedades. El costo de la póliza depende del valor de las piezas –el cual será determinado por un valuador profesional– y el número de coberturas que integre, como la protección por daño, transportación y robo.
¿Dónde poner mi dinero? Si quieres comenzar una colección y no sabes por dónde empezar, éstas son las recomendaciones de los especialistas:
Identifica qué quieres coleccionar. Debe ser algo que realmente te apasione, porque deberás volverte experto en conocer su historia, sus materiales y por qué tiene valor.
El objeto tiene que ser raro y excusivo. Su exclusividad y su calidad de único tendrán una incidencia clave sobre la ley de la oferta y la demanda, y esto afectará su precio.
Investiga sobre las técnicas y materiales. Generalmente, en el arte, una pintura es más cara que una escultura y mucho más que un dibujo. El costo de los materiales y de producción impactan a la hora de fijar el precio.
Distingue, no todo lo que brilla es oro. Si recibiste una herencia de acetatos, muebles, monedas, muñecos de porcelana o cerámica, puede que no tengan valor alguno. Investiga dónde fueron hechos, la trayectoria de sus fabricantes y si hay réplicas fáciles de conseguir en el mercado.
Dales mantenimiento. Toda pieza aumentará su valor si se encuentra en buen estado de conservación.