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Miedo a naufragar en los mercados

Los periodos de volatilidad dan lugar a grandes oportunidades a los inversionistas; algunos las desaprovechan al refugiarse en activos considerados más seguros.
lun 18 abril 2016 06:05 AM
La volatilidad representa un momento para encontrar oportunidades de inversión que deriven en mayores rendimientos.
Turbulencia. La volatilidad representa un momento para encontrar oportunidades de inversión que deriven en mayores rendimientos. (Foto: Fotoarte/ Rubén Figueroa)

Las llamadas de los clientes de Julio, un joven estratega de una firma de operación de mercados, se incrementaron en la segunda mitad de 2015 cuando las caídas de los principales índices bursátiles y de materias primas comenzaron a acentuarse, aderezados con una fuerte apreciación del dólar frente a todas las divisas del mundo.

“Ésta es una época muy caótica para manejar inversiones. Cuando la situación se complica es cuando empiezan a ver qué es lo que traen invertido. Tenemos inversionistas que incluso están en casas de bolsa que ven su estado de cuenta en los primeros dos meses del año y dicen ‘no sé por qué traigo 22% abajo, qué puedo hacer’. Luego empiezan a perder dinero cuando lo retiran sin una estrategia”, dice Julio.

La desaceleración de la economía china, la segunda más importante del mundo; el inicio de la normalización de la política monetaria de Estados Unidos —tras un experimento económico sin precedentes— así como la caída en los precios del petróleo, han generado una gran aversión al riesgo entre los inversionistas de todo el mundo.

La volatilidad en los mercados financieros, medida por el índice VIX (también conocido como índice del miedo), superó en julio de 2015 los niveles de 2008, con una variación diaria de hasta 46.45% ante los temores de una nueva crisis financiera. Desde la segunda mitad de 2015, los inversionistas se han deshecho de activos considerados riesgosos, principalmente los de países emergentes, como es el caso de México.

El año pasado, 531,000 millones de dólares (mdd) salieron de estas naciones, frente a los 48,000 mdd de entradas netas registradas en 2014, según el Instituto de Finanzas Internacionales.

Entre 2008 y 2012, los mercados emergentes recibieron 500,000 mdd, de los cuales cerca de 400,000 mdd se concentraron en China, Brasil, México, Turquía, Indonesia e India, según el Fondo Monetario Internacional (FMI). Este fenómeno se produjo luego de que los inversionistas fueran en búsqueda de mayores rendimientos, por la decisión de la Reserva Federal de Estados Unidos (Fed) de inundar los mercados con dinero barato.

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Actualmente, los inversionistas se han refugiado en activos considerados más seguros (haven), como los bonos del Tesoro de Estados Unidos, los metales preciosos (en particular, el oro) y el yen. Desde finales de 2015 hasta inicios de marzo, el oro acumuló una ganancia de 19%, el yen se apreció 5.7% y la tasa de los bonos del Tesoro a 10 años se desplomó de 2.27 a 1.81%.

Estos activos ofrecen un resguardo ante las turbulencias financieras, sin embargo, al mismo tiempo, estas estrategias no permiten acceder a los retornos de activos globales en los periodos de ganancias, de acuerdo con la vicepresidenta de Estrategias de Inversión para América Latina e Iberia en BlackRock, Claudia Morales.

Lo cierto es que los inversionistas tendrán que ser más cuidadosos en lo que respecta a invertir en activos de mercados emergentes, pero, a la vez, esta volatilidad representa un momento para encontrar oportunidades de inversión que deriven en mayores rendimientos.

Emergentes, ¿pasados de moda?

La historia ha cambiado. Además del ajuste en la política de la Fed, existe la expectativa de menores tasas de crecimiento económico a nivel mundial, principalmente en países emergentes.

La brecha de crecimiento entre el mundo en desarrollo y el desarrollado fue de 7% entre 2008 y 2009, mientras que ahora será de 2%, por lo que los emergentes tardarán más tiempo en acercarse al crecimiento de los desarrollados.

Si bien un inversionista debe tener un portafolio diversificado, deberá analizar a conciencia y discriminar entre emergentes económicamente menos expuestos a commodities, con cuentas corrientes positivas y bajos niveles de deuda con respecto a su PIB.

“Nuestra visión es que los fundamentales de crecimiento de utilidades están más y en mayor medida en los mercados desarrollados que en los emergentes. Pero existen selectivamente oportunidades en estos últimos, que incluso en periodos de correcciones se han comportado mejor que los mismos desarrollados”, detalla Claudia Morales.

El director de Inversiones de Grupo Financiero Actinver, Alonso Madero Rivero, dice que todo lo llamado emergente está afectado; desde Venezuela, Argentina y Brasil, que encabezan lo peor entre las opciones para invertir en América Latina, hasta Sudáfrica, Turquía y Rusia. No obstante, hay que diferenciar entre estos mercados.

Como de película

Como Eddie Murphy especulando con el precio del jugo de naranja en Nueva York en la película Trading Places, o Steve Carrell y Ryan Gosling, quienes en The Big Short se anticipan al colapso de los mercados en 2008 para obtener importantes ganancias, los inversionistas también pueden sacar provecho de momentos de turbulencias, aunque con precaución.

“Los periodos de volatilidad dan lugar a grandes oportunidades. Es tierra fértil para generar retornos extraordinarios”, dice Alejo Czerwonko, Chief Investment Officer de UBS Wealth Management. La compañía es un ejemplo de ello: ante esta turbulencia contrató a cuatro estrategas cuyo único objetivo es generar ideas de inversión de corto plazo, desde una semana hasta tres meses.

Especialistas coinciden en que si bien 2016 estará marcado por la volatilidad, también representa un momento para ir a la “caza” de oportunidades de inversión, por ejemplo en sectores muy castigados en los últimos meses, aunque sin “corretear” al mercado.
Por ahora, la inversión en los haven puede permitir guardar capital para que, una vez que algunos sectores definan su rumbo, entren en rubros o activos con potencial, al mismo tiempo de tener precaución con empresas de alto valor de capitalización, pero sin activos para sustentarlo.

“Se ha perdido mucho capital en esta volatilidad y quizá lo que valdría la pena es aguantarlo un poco para que en el momento en el que se defina esto, tener liquidez y entrar a sectores que creemos que pueden despegar fuerte, como el energético”, dice Irving Cortés, director general de CM Derivados.

“En la crisis de 2008 había el miedo de que algunas armadoras, como Ford o General Motors, quebraran. Ahora puede sonar ridículo, pero (sus acciones) tuvieron una caída muy importante, que es lo que les está pasando a las petroleras”.

Para el experto, sectores de Estados Unidos como el de consumo, automotriz, utilities y bonos de largo plazo son atractivos, además de mercados selectivos en la zona euro, como Alemania.

“En todos los mercados desarrollados de renta variable , vemos que las acciones europeas son un poco más atractivas debido a la debilidad del euro, un beneficio mayor de la caída en los precios de la gasolina y el combustibl e, y el potencial para medidas adicionales por parte del Banco Central Europeo”, dice Dave Lafferty, estratega en jefe de Mercados de Estados Unidos en Natixis Global Asset Management.

Por todo esto, los expertos recomiendan no perder de vista los portafolios y tener agilidad para moverse.

México ¿atractivo?

La falta de cultura financiera en México, tanto de inversionistas como de emisores, limita el tamaño de la Bolsa Mexicana de Valores (BMV), que cuenta con 137 empresas en el mercado de capitales. Además, su valor de capitalización representa 40% como proporción del Producto Interno Bruto (PIB), muy lejos del 110% de Chile.

Para Irving Cortés, de cm Derivados, aunque México es interesante como polo de inversión productiva, lo ve poco atractivo a nivel bursátil tanto por el tamaño como por la depreciación del peso.

En los primeros dos meses de 2016, el Índice de Precios y Cotizaciones (IPC) de la BMV ganó 4.6% nominales y apenas 1.8% en pesos, tras una caída de 15% en dólares en 2015, afectado por la depreciación de la divisa mexicana.

“El número de empresas listadas es pequeño, comparado con otros mercados del mismo grado de desarrollo y en porcentaje de valor de capitalización comparado con el PIB del país. Es una Bolsa pequeña en número de inversionistas y emisores, pero por lo mismo, también es una Bolsa que te ofrece muchas oportunidades de crecimiento”, dice el director general de la BMV, José Oriol Bosch.

El directivo indica que pese a que la depreciación del peso frente al dólar no fue la mayor entre los emergentes , sí hubo una sobrerreacción que llevó al tipo de cambio a 19 pesos en meses pasados, lo que afectó el rendimiento del IPC medido en dólares, debido a la propia liquidez del peso y a una política cambiaria que se tornó muy predecible.

Adicionalmente, la volatilidad ha detenido operaciones de empresas en Bolsa. Por ejemplo, Ienova, Alfa y 10 CKDs detuvieron ofertas públicas.

“En los últimos tres años, el IPC ha tenido un comportamiento muy lateral, pero también hemos visto muchas divergencias en los desempeños de las empresas. El mercado en México no es tan grande, pero pensamos que sí existe valor en muchas empresas y que, en el mediano plazo, sí aspiramos a tener rendimientos de entre 8 y 10%”, considera Omar Saavedra, director de Estrategia de Mercados de Scotiabank México.

En este sentido, Iván Barona, director de análisis de GBMhomebroker, explica que el atractivo del mercado local radica en un escenario macroeconómico, ya que, en términos de crecimiento, es de los más atractivos en América Latina.

Para los expertos, 2016 será un año de volatilidad, y su mejor consejo para los inversionistas es que esperen a que el mercado defina el rumbo de algunos sectores en lo particular para centrarse en éstos.

Por su parte, los inversionistas tienen que definir cuál es su rendimiento objetivo a 12 o 24 meses, identificar el riesgo que éste conlleva y diversificar su portafolio.

Los participantes de los mercados también deben tener en cuenta un riesgo que para algunos ya había ‘pasado de moda’: Grecia. En cualquier momento, ese país puede dar otro golpe a todos los activos financieros, ya que su gobierno no ha terminado de implementar las reformas estructurales para que el Eurogrupo le ayude a reducir su deuda, equivalente a 180% del PIB.

Además, hasta que China convenza a los inversionistas de que tendrá un crecimiento sostenible, aunque no a tasas de doble dígito, se mantendrá como un elemento de volatilidad.

Para Julio, las caídas son impredecibles. “Ves bandazos que no habías visto en todo el año y que sacan de la jugada a muchos inversionistas (…) Hay que esperar que el pánico desparezca”.

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